FOTO GENTILEZA: RICARDO "CUNI" LÓPEZ

Lleva tres décadas por los escenarios de festivales, peñas y encuentros populares en más de 100 pueblos y localidades de Cuyo, que visita normalmente a lo largo del año. Pero lejos de haber seguido la senda de todo folklorista cuyano, curiosamente se identificó más con las rancheras y los corridos mexicanos. En varias regiones del oeste cordillerano argentino, incluso en Chile, hay otros ritmos tradicionales que suenan, se escuchan y se celebran por fuera de los circuitos comerciales, que son "importados" de otros países latinoamericanos y es en este campo donde Tres para el Canto se volvió popular. Este grupo de guitarristas originarios de Valle Fértil cuenta con un amplio apoyo de seguidores de Malargüe, Barbas Blancas (al límite con Neuquén), La Rioja, San Luis y Córdoba, donde son invitados para las jineteadas y fiestas tradicionales por las agrupaciones gauchas, por ejemplo. Además están muy presentes en redes sociales y cuentan con un populoso club de fans oficial en Facebook que se actualiza a diario con saludos, fotos y videos de sus presentaciones; y organizan movidas para ir a verlos. Y para celebrar estos exitosos 30 años de giras y actuaciones, los músicos vallistos Armando Lorenzo Elizondo, Argentino de la Cruz, Armando Luis Elizondo y Alfredo de la Cruz concretarán su primer espectáculo propio, producido por ellos, en el Teatro Sarmiento de la capital sanjuanina; una ocasión especial para el grupo y su gente, que será la antesala de otro espectáculo que darán el 19 de agosto en sus pagos, precisamente en Balde de las Chilcas.


Armando Elizondo, primera voz y cofundador con Argentino de la Cruz, explicó la génesis de esta aplaudida fórmula que hizo su debut en diciembre de 1993: "Abrazamos la música desde muy pequeños. En el Valle, cuando era niño, escuchábamos con mis padres las radios chilenas donde pasaban música mexicana. Eso me fue marcando y en las fiestas del pueblo y en las peñas nos animamos de a poco a tocar la guitarra y a animar, hasta que me junté con mi compadre Argentino", contó. De la Cruz viene de familia folklorista, su padre y hermano integraban Las Voces de Lomas Blancas, un conjunto antiguo y conocido en la región. Luego se sumó Raúl Díaz y formaron el trío, pero al poco tiempo decidió retirarse. Fue entonces que a la dupla de Armando y Argentino se sumaron el hermano de Argentino, Alfredo, y el hijo de Armando, Armando Luis; pero no cambiaron el nombre, que ya era un sello. "Todavía nos siguen preguntando por el nombre, creo que a esta altura no lo vamos a cambiar", rió Armando Lorenzo. 


En sus inicios, el conjunto interpretó temas del cancionero cuyano, en especial obras de Saúl Quiroga. "Con Raúl llegamos a grabar nuestro primer cassette (diciembre de 1994) en el Auditorio Juan Victoria. Es el único material que conservamos. Armandito, mi hijo, desde los 7 años tocaba el bombo legüero cuando hacíamos zambas y chacareras norteñas. Pero fue en Malargüe que nos dimos cuenta de que el público nos demandaba más la ranchera mexicana. Entonces dejó el bombo y aprendió a usar el bajo. Convencidos de este rumbo, el sonido cambió para siempre", explicó Elizondo padre.


Para entender algo más de estos ritmos tradicionales de México, contaron que, en primer lugar, el corrido es un género folklórico que por lo general narra historias de un personaje real o mítico famoso de un pueblo, a modo de homenaje. Son canciones de una estructura y rítmica sencilla. La ranchera, por su parte, es un estilo del siglo XIX, originario de Jalisco, en las zonas agrícolas y ganaderas, bailada por el campesinado en los ranchos (una de las más populares "El Rey", compuesta por José Alfredo Jiménez). La diferencia entre ambos estilos se encuentra en el compás. Los corridos son de 2x4 y se bailan como el paso doble, mientras que las rancheras son de compás 3x4 y se bailan como un vals. Son ritmos que invitan a bailar. 


"El sonido es muy contagioso, anima y divierte; hasta en Chepes, que allí suena también el cuarteto riojano -diferente al cordobés- donde hay varios grupos que nos invitan a compartir el escenario. En el medio del baile empezamos a tocar y se genera un clima muy festivo entre niños, jóvenes y adultos", contó el guitarrista. En el cancionero habitual que maneja el grupo hay obras de clásicos autores como Vicente Fernández, Pedro Fernández, Los Tigres del Norte y hasta de Armando Manzanero. Armando padre explicó además que las rancheras guardan elementos poéticos muy similares a los ritmos cuyanos. "Hay letras que hablan del amor a la pareja, a la tierra de uno, al hermano, a los padres, al pueblo donde nació. Son ritmos muy bonitos que transmiten historias de vida en la que mucha gente se siente identificada", afirmó.


Resulta notorio que al venir este conjunto del mismo pago de Don Saúl Quiroga, no tengan fricciones o conflictos con otros artistas más tradicionalistas o folkloristas, por el hecho de interpretar ritmos foráneos. "Conocimos a Don Saúl y él hizo obras a todo lo que es la vida en el Valle. Aunque él nunca le gustó escuchar ritmos extranjeros, siempre nos apoyaba y nos motivaba. Nunca nos criticó. Y de todos los colegas cuyanos, siempre recibimos respeto y cariño. Nunca nos dijeron cosas que nos incomoden. Pero eso sí, costó mucho afianzarnos en la ciudad de San Juan", señaló el artista nacido en La Majadita.


Tres para el Canto cuenta con varios álbumes publicados: "Sueño cumplido" (1994), "Sin fortuna" (2002), "Esperanza nuestra" (2005), "Sentir de amigo" (2007), "Año dorado" (2009), "Los caminos de la vida" (2010), "Por siempre unidos" (2012), "Milagros de amor" (2014) y "Cuatro palabras" (2017). "Ninguno de los cuatro tenemos formación académica musical, estamos hechos de manera autodidacta, escuchando, observando y haciendo. Con todo, hemos logrado llegar y alegrar los corazones de la gente, sin imponer sino con humildad, sólo que nos escuchen", remarcó Elizondo. 
 

DATO

Tres para el Canto. Hoy a las 21.30hs. Teatro Sarmiento (Alem 34 norte). Entradas: Por boletería: Platea Baja $4.000; Pullman $3.500.

Fiesta aniversario 19 de agosto en Balde de las Chilcas, Valle Fértil.