El encuentro es bastante nuevo -de hecho, el próximo será el número 17-, no así las razones que le dieron pie y que buscan difundir y preservar. Se llama "Festival de la Chica y el Tomillo" y alude a dos especies autóctonas de Valle Fértil y a toda la actividad artesanal que se desarrolla a su alrededor, que desde tiempos remotos ha sido sustento y medio de vida para buena parte de su población. Festival que de cara a una nueva edición, el 15 de octubre en Sierras de Chávez, es protagonista de otra entrega de "Habitar la casa en comunidad", propuesta organizada por la Casa Natal y Museo Sarmiento, que culmina hoy. Saberes populares, productos regionales, objetos patrimoniales, historias y artesanías se tejen en el Patio de Doña Paula, donde cultores vallistos los muestran y cuentan, con la sabiduría de la experiencia y una pasión que contagia.

Herramientas para trabajar la dura madera, que usan para objetos utilitarios y decorativos.

"Es una de las fiestas más importantes que se hacen en la sierra, todos participan y también va gente de acá, como agrupaciones gauchas", comentó Laura Videla a DIARIO DE CUYO. Cerca de ella estaba María Díaz, actual embajadora que obtuvo el título -entre otras bondades- por el proyecto que presentó, de conservación de una casona histórica que fue donada para reuniones sociales; y por el conocimiento de su tierra y su cultura. "La chica es sobre todo de Sierras de Chávez. Es un árbol y está en peligro de extinción, porque acá se da en muy pocos lugares", marcó la embajadora. 

De qué zona es oriunda esta especie, qué características tiene, desde cuándo se utiliza, para qué sirve la madera, cómo se obtiene el fruto y qué se hace con él (también la posibilidad de degustarlo y de comprarlo) son algunos de los temas que, con teoría y práctica, abordaron los especialistas. 

Una rama y una sección de tronco de chica, árbol autóctono del Valle.

Oscar Elizondo es uno de ellos y se complace en compartir todo lo que sabe con quien se acerque a preguntarle. "Para eso estamos. Hemos venido a dar a conocer nuestra cultura, nuestra forma de vida con quienes nos vengan a visitar acá en el Museo, y por eso le agradecemos la invitación a la directora", dijo en referencia a Silvina Vázquez. "Uno de los gobiernos municipales nos dio la posibilidad de hacer un festival y que nosotros, como lugareños, le pusiéramos el nombre. Y creímos conveniente que sea de la chica y el tomillo porque son propios de la zona. El tomillo es un arbusto, mucho más conocido porque se usa mucho en la cocina y tiene muchas propiedades. La chica, especialmente, se cría según dónde se dé: si está muy arriba en la montaña, crece achaparradita, como arbusto; pero si está abajo, es un árbol. Me han dicho que cerca de Ischigualasto y en la zona del Pie de Palo también hay, pero es una especie más arraigada al suelo, no el árbol como se da más acá", explicó Elizondo. "Todo se usa, aprovechamos el fruto, que se obtiene poniendo la cáscara al fuego, ahí se abre y lo podemos sacar. Hay veces que tiene hasta cuatro o cinco manicitos y hasta ocho también. Eso se tuesta, como el maní, tiene un sabor similar y con eso se hacen harinas, licores, jaleas, garrapiñadas... Este año hemos tenido la mala suerte de que no han dado tanto fruto, a diferencia del año pasado que dieron muchísimos. También aprovechamos la madera, que es muy noble y sumamente dura. Con ella se hacen todo tipo de artesanías, adornos y objetos para la casa, muebles, ventanas... agarra un color muy lindo. Antes los artesanos la trabajaban con herramientas caseras y se usaba un taladro manual, llamado berbiquí. También se usa para energía calórica, porque hace una brasa muy duradera; y la ceniza sirve para reemplazo de la cal. La hoja es como una espina grande, larga, con la que también se hacen artesanías", se explayó el expositor vallisto acerca de esta especie que, dijo, cuenta con una reserva natural y se evita el uso indiscriminado, especialmente la tala, para preservarla. 

Según señaló Elizondo, los árboles están al alcance de la gente, que fácilmente puede colectar sus frutos e incluso vender lo que hacen con ellos. "Y lo que nos gustaría es invitar a la gente que nos visite, acá en el museo pero también en las sierras, para que pueda conocer ahí mismo todo esto", extendió el convite antes de acercarse a otro grupo de personas que lo esperaba para conocer, en comunidad, un poquito más de esas "riquezas mías", como bien las llamó su recordado paisano, el cantautor vallisto Saúl Quiroga.

 DATO 
Habitar la casa en comunidad: Sierras de Chávez. Hoy jueves, de 10 a 15 horas, en Casa Natal y Museo Sarmiento, con entrada libre y gratuita.