A los 60 años, Elizabeth Hurley sigue llamando la atención por su figura y vitalidad, y ella lo atribuyó a sus hábitos saludables. Sin quirófano, dietas o procedimientos de belleza complicados.
Reconocida por su presencia en redes sociales y su marca de trajes de baño, explicó que la clave de su bienestar reside en la moderación con el alcohol, una alimentación sencilla y natural, y la preferencia por la actividad física cotidiana en lugar del ejercicio formal.
En sus declaraciones al Daily Mail, Hurley enfatizó que el consumo de alcohol es casi inexistente en su vida diaria. “No bebo mucho alcohol en absoluto. Además, he notado que, a medida que envejezco, mi cuerpo lo procesa peor que cuando era más joven. Ahora solo bebo como un auténtico capricho”, explicó.
La actriz relacionó esta decisión con su trabajo en la fundación contra el cáncer de mama, donde ha aprendido la importancia de evitar el exceso de peso, mantener una dieta equilibrada y limitar el consumo de bebidas alcohólicas. Según Hurley, estos consejos no solo favorecen la salud, sino que también se reflejan en la apariencia física.
¡Fuera procesados!
En cuanto a su alimentación, Elizabeth Hurley manifestó un rechazo absoluto a los productos ultraprocesados y a las dietas de moda. “Siempre he cuidado lo que como, desde siempre. Nunca he querido comer alimentos ultraprocesados”, afirmó en la entrevista recogida por el Daily Mail.
Actividad física cotidiana y consejos de bienestar
Respecto al ejercicio, Hurley señaló que no frecuenta el gimnasio, pero mantiene un estilo de vida muy activo. “No voy al gimnasio, pero soy muy activa… Realmente no me quedo quieta mucho tiempo”, relató. La jardinería ocupa un lugar destacado en su rutina diaria, actividad que considera suficiente para mantenerse en forma. “Hago mucha jardinería, que implica agacharse y levantar cosas”, detalló, subrayando que la constancia en el movimiento cotidiano es su principal secreto para conservar su figura.
La actriz también compartió otros consejos de bienestar, como evitar la exposición al sol en las horas de mayor intensidad para proteger la piel. “Solo me expongo al sol antes de las 9 de la mañana y después de las 18 horas; el resto del tiempo, permanezco bajo una gran sombrilla”, comentó.
Además, Hurley recomendó cenar temprano para facilitar la digestión y permitir que el cuerpo descanse durante la noche. “Come antes en el día, así tienes más tiempo para digerir y tu cuerpo puede descansar durante el sueño”, aconsejó

