El 15 de abril de 2019 las imágenes de cómo se incendiaba la Catedral de Notre Dame, de Francia, uno de los monumentos más importantes del mundo, ante la atónita mirada de parisinos y turistas, dio la vuelta al mundo.

Luego de más de 15 horas de trabajo los bomberos lograron apagar las llamas, y el símbolo histórico, religioso y arquitectónico de París, finalmente, se salvó del derrumbe. Más de 800 años de historia de Francia y Europa se salvaron por “un cuarto de hora o media hora”, afirmó por ese entonces el secretario de Estado, Laurent Nuñez.

La icónica cubierta de madera y la aguja, ambas de gran valor arquitectónico, obras de artes y libros históricos fueron consumidas por las llamas.

Luego de las pericias e investigaciones, que en un primer momento apuntaron a que el incendio había sido intencional y la versión inicial, de que el fuego habría comenzado porque obreros que estaban haciendo trabajos de reconstrucción en la cúpula dejaron colillas de cigarrillo mal apagadas, fue perdiendo fuerza y hoy se cree que todo se desató por un cortocircuito.

Desde entonces, la reconstrucción de esta maravilla arquitectónica se convirtió en un asunto de Estado para el gobierno de Emmanuel Macron, que quiere que en el quinto aniversario del trágico hecho, el 15 de abril año 2024, sea la fecha tope para las obras que permitan volver a reabrir las puertas de la catedral y para la adecuación a los estándares actuales de sus sistemas y protocolos de seguridad, factores señalados como deficientes tras la reconstrucción de los hechos.

Tal es así, que este jueves el Emmanuel Macron visitó la catedral de Notre Dame de París y destacó los esfuerzos realizados en el trabajo de reconstrucción y agradeció a los 340.000 donantes del mundo entero que ayudaron para que estas obras se hagan posibles.

"Se ha hecho un inmenso trabajo" en dos años, afirmó el presidente de Francia que expresó el "orgullo colectivo" de ver a la "Gran Dama" retomar cuerpo.

En este sentido, el presidente del establecimiento público encargado de su reconstrucción, Jean-Louis Georgelin, informó que la fase de consolidación de los trabajos en Notre Dame se completará durante este verano que dará pie al inicio de la restauración propiamente dicha. Por el momento, entre otros avances, ya se ha hecho la selección y tala de los 1.000 robles cuya madera se usarán para reconstruir el armazón del transepto y la aguja, que serán fieles, pero no idénticos a los destruidos en el incendio.

"Ahora mi preocupación es conseguir una planificación rigurosa para fijar nuestro camino para la reapertura al culto en 2024", dijo Georgelin.

Por el momento parece que se podrán cumplir los plazos previstos, si bien el factor monetario también podría jugar en contra de los planes de Macron. Hasta ahora se han recolectado donaciones por el valor de 833 millones de euros, pero podrían no resultar suficientes.