A las 16 hora local (las 17 en la Argentina) cerraron las elecciones presidenciales en Paraguay, si bien en la mayoría de los locales la actividad se mantenía para permitir que puedan votar aquellos ciudadanos que se encontraban dentro de los locales antes de esta hora.

Sobre el cierre del horario se verificaba una amplia cantidad de votantes en muchos locales de todo el país, en consonancia con la alta participación ciudadana que hubo durante toda la jornada, lo que permitió inferir a las autoridades electorales que en esta elección se podría reducir el promedio de 40% de abstención de las últimas elecciones.

En esta elección a vuelta única, la ciudadanía paraguaya definió si le renueva la confianza al histórico Partido Colorado, que gobernó el país prácticamente sin interrupciones en las últimas siete décadas y propone como futuro presidente al joven economista Santiago Peña, o se pronuncia por una heterogénea alianza opositora que lleva como candidato a presidente a Efraín Alegre, titular de otro partido tradicional, el Liberal Radical Auténtico.

La modalidad del voto electrónico provocó demoras en el proceso ya que muchos ciudadanos debieron primero hacer una suerte de instructivo previo para luego manipular las urnas electrónicas.

La jornada comenzó a las 7 con algunos incidentes menores en una escuela de Asunción y de mayor tensión en la ciudad de Sapucai, a unos 90 kilómetros de la capital, por discusiones entre autoridades partidarias sobre si las urnas electrónicas debían colocarse dentro de las aulas o afuera.

Imágenes de televisión mostraron escenas de pugilato entre militantes oficialistas y opositores que dejaron al menos a un fiscal colorado herido y tres detenidos, mientras por orden de las autoridades nacionales electorales se resolvió dejar las máquinas fuera de las aulas, para que todos pudieron ver la actividad del votante, sin que por ello se pudiera conocer su decisión.

Otro elemento de preocupación lo presentó Alegre cuando fue a votar en la ciudad de Lambaré, vecina a Asunción, ya que denunció que fiscales de su alianza Concertación fueron "secuestrados a punta de pistola" por narcotraficantes en el Departamento de Canindeyú, limítrofe con Brasil.

No hubo respuesta oficial sobre la denuncia de Alegre, quien reclamó la intervención inmediata de las fuerzas de seguridad del Estado en esa zona, donde actúan con cierta facilidad las organizaciones del crimen organizado "que buscan el continuismo", en referencia al gobierno colorado.