Una mujer fue condenada a 40 años de cárcel en Dakota del Sur, en Estados Unidos, por quemar, patear, morder y finalmente matar a cinturonazos a su hijo de dos porque se había orinado en la cama.

La ahora condenada, Katrina Shangreaux, de 30 años, admitió haber golpeado al nene con un cinturón con tachas cuando vio que el pequeño se había orinado en su cama, el 28 de julio de 2016 en la reserva indígena de Pine Ridge.

Pero la tortura no solamente quedó ahí sino que además la mujer lo tiró al piso, lo quemó con cigarrillos y comenzó a patearlo en la cabeza y en el abdomen. Incluso, hasta lo mordió varias veces.

La imputada había confesado, incluso, que se había enojado aún más después de que el nene “la mirara de reojo” y la llamara “Angie”, en referencia a su tía paterna quien tuvo la custodia del chiquito durante más de un año hasta que un tribunal lo devolvió a su madre, pocas semanas antes del crimen.

Precisamente fue la hermana de la mujer quien le pidió al juez que le otorgue a la imputada cadena perpetua. “Te odio, nunca te lo perdonaré. Te merecés el infierno”, le gritaba ante los jueces entre llanto.

Según informó la fiscalía, el niño tenía "hemorragia cerebral, costillas rotas y los genitales horriblemente mutilados".

Sin embargo, lejos de mostrar arrepentimiento en ese momento, cuando llamó a la ambulancia Shangreaux le dijo a los enfermeros que se había “ahogado tomando jugo” y que “no respiraba más”. En tanto, se comprobó que mientras el nene yacía en el piso, la mujer limpiaba el cuerpo del pequeño y la escena del crimen con la ayuda de su madre.

“Tuve un mal día”, declaró la imputada ante el juez y aclaró que no hay un segundo de su vida en el que no pensara en el niño. Además, sostuvo que el peor castigo que recibió es vivir sin su hijo.

Vale decir que el padre del niño está cumpliendo una condena por violencia y por no pasar la cuota alimentaria de un hijo que tuvo con otra mujer.