Marcelo López (34 años) es de esas personas que tienen claras sus ideas. Su modo de hablar y su carácter no da la impresión de eso, pero el muchacho es mucho más serio y responsable de lo que aparenta. Juega al hockey, el deporte que lo apasiona, pero además está metido mucho tiempo en trabajo. Junto con Carlos, su hermano, invirtieron en un lavadero (Central entre Güemes y Rawson), que está en pleno funcionamiento, y tienen proyectado hacer una confitería al lado, que recién empezará cuando vuelva de Portugal el jugador de la selección argentina. Este año le sedujo el proyecto que encaró Estudiantil y aceptó gustoso la propuesta para jugar en ese equipo…

– ¿Porqué Estudiantil?

– Porque me gustó el proyecto que tienen. Mezclar jugadores con experiencia con otros juveniles. Y estamos en eso. Con el ‘Garra’ (Andrés Garramuño), el ‘Chula’ (Fabricio Marimont) y el ‘Tincho’ (Martín Ginestar), más todos los chicos del club. Ya nos dimos un gusto cuando ganamos el torneo ‘Fiesta del Sol’. Empezamos demasiado bien (risas).

– ¿Y para qué están en lo que queda del año?

– Y… como no estamos en la Liga A, el objetivo es clasificar para ese torneo para el año que viene, lo que significa que tenés que andar bien en el torneo local o en la Liga B. Se ha formado un gran grupo y creo que vamos bien.

– ¿Que te parece todo ésto del lío de nuevo entre la CAP y la FAHP?

– Mirá, mucho no me llama la atención, pero ahí en donde nos equivocamos porque nos tiene que importar. Los dirigentes sabrán lo que arreglan. Tienen que pensar en el bien del hockey. Yo, cuando tuve el problema del ojo, me dí cuenta que estamos bastante descuidados.

– ¿Porqué lo decís?

– Después del golpe que recibí (fue uno de los hermanos Domínguez, que juegan en Casa de Italia de Mendoza, quien le pegó con el stick de manera alevosa e intencional cuando él jugaba para Hispano) y no apareció ningún seguro, me sentí desprotegido. Tuvo que salir Leo Olmos, un dirigente de Hispano, para hacerle frente al costo de la operación. Se lo voy a agradecer toda la vida. Ahora puedo volver a jugar.

– Y del lavadero, contame…

– Están en funcionamiento hace unos seis meses. Por ahí estoy yo y por ahí mi viejo (Tito López). Con los muchachos que nos ayudan todo anda bien. Pero hay que laburarla. No es fácil. Esto lo pusimos con plata mía y de Carlitos. Cuando se venga definitivamente a San Juan, él también estará en el lavadero. Y de paso vamos a largar con una confitería al lado.

– ¿Estás feliz por el regreso de Carlitos?

– La vuelta de Carlitos me motiva. Sueño jugar con él en el mismo equipo. Y lo vamos a hacer en Estudiantil. Y vamos a salir campeones si Dios quiere.

– ¿Dónde empezaste a jugar?

– En Olimpia pero después me fui a UVT y ahí hice casi todas las inferiores. Son años inolvidables.