El atardecer, eterno, entrega una postal única. El sol anaranjado acariciado por las nubes y cobijado en un cielo perfectamente celeste le hacen de bandera a la Selección. Todo parece estar en eje. Todo está en calma en la concentración argentina. A tan poco tiempo para el debut, no se palpa tensión. La espera no dura más que un par de minutos. Sergio Agüero aparece en una de las salas para el encuentro. En chancletas, saluda, elige una silla y se sienta. Agradece el mate pero pasa. "Ya tomé como dos termos", argumenta. Casi con los mismos rasgos de cuando debutó con 15 años en la Primera de Independiente, aunque con un cuerpo atlético de un futbolista de 30, confirma la sensación del cronista: "La verdad es que estoy más tranquilo esta vez, no como en mis dos anteriores Mundiales que estaba más nervioso; y también noto a mis compañeros de la misma manera y eso ayuda porque se contagia", cuenta el Kun, que se perfila para ser el compañero de Lionel Messi en el ataque el sábado ante Islandia.

-¿Esta vez por qué estás más tranquilo?

-Ya tengo las dos experiencias anteriores. Hace mucho tiempo que no tengo lesiones musculares, más de dos años. Solamente tuve la intervención en la rodilla, que fue algo simple. Estamos un poco más grandes y este Mundial nos encuentra con una edad justa.

-¿Qué se siente haber pasado por tantas cosas con la Selección y hoy estar acá de nuevo en busca de otro desafío, a pesar de todo?

-Pasaron tantas cosas que al final lo que nos tira es la camiseta de nuestro país. A muchos jugadores muy importantes de la Selección, como a Leo, se les pasó por la cabeza no venir más. Se cruzó esa idea. Pero pensás en frío y lo único que se viene a la mente es Argentina, Argentina y Argentina. Esa es la motivación. Todo lo que se diga después, da igual. Queremos que nuestros nombres queden en la historia de la Selección por lo que hicimos. Por ganar un Mundial. Por eso estamos acá.

-Lucas Biglia dijo que desde 2014 no puede disfrutar de jugar en la Selección. ¿Vos disfrutás?

-Argentina tiene la presión de ganar todos los partidos. Amistosos, Eliminatorias, Mundial... Lo que sea. Además, todas las selecciones nos quieren ganar. No podemos aflojar un poquito ni en los amistoso. Pero sí hay momentos de disfrute. Claro que cuando se gana se disfruta. La mayoría de este grupo viene junto desde hace casi 10 años. Y eso es lo más importante, el grupo. Eso también se termina reflejando en la cancha.

-¿Se sienten en observación por la gente o sienten que los apoyan?

-Mirá cuando estuve en la Argentina me paraban en todos lados y casi que se me ponían a llorar. Yo noto a la gente más enchufada que el Mundial pasado. En la despedida en la Bombonera hubo un muy lindo clima. Sentir que la gente apoya nos da alivio. Cuando ese apoyo no está se siente más la presión.

-¿Es posible lograr una evolución en el juego solamente con las prácticas y sin jugar partidos?

-Para mejorar hay que entrenar mucho como lo estamos haciendo. Es importante que sea la base del mismo equipo para conocernos más. Claro que los entrenadores necesitan probar y van cambiando, es lógico. El tiempo que tuvimos ahora fue mayor. Y es mucho mejor cuando son 23 futbolistas fijos. Acá ya nos tomamos los tiempos. Argentina cuando tiene tiempo de trabajo siempre rinde.

-¿Sampaoli y Guardiola te piden lo mismo?

-Pep juega de una manera y no la cambia; Jorge está probando ahora con dos líneas de cuatro y dos delanteros aunque también maneja otras variantes. Cada uno tiene su estilo, en el City tengo que estar bien de 9 porque si no estoy yo en el área no hay otro y acá en la Selección no tanto.

-¿Cuál de los dos te hace correr más?

-Jorge me mete mucha intensidad, ja. Tiene un parecido a Pep, sobre todo cuando se pierde la pelota. Los dos piden que rápidamente desactive al rival el que más cerca está.

-¿Qué diferencia hay entre ser el nueve de un club y el de la Selección?

-Es diferente. En tu club jugás todos los días con los mismos compañeros y ya sabés lo que van a hacer. Con Leo y con Pipa o Fideo nos conocemos mucho pero tenemos más partidos que entrenamientos, ja. Todavía nos seguimos preguntando: “¿Ché, te conviene que pique o que venga a buscarla?”.

-¿Después de tantos años siguen preguntándose esas cosas?

-Y sí porque vamos cambiando nosotros y también la forma de jugar. Hoy todo es más físico y hay que saber buscar los espacios.

-Elegí una palabra para describir a este grupo.

-(Piensa) Para mí la palabra es alegría. Es lo que siento, lo que noto cuando tomamos mate, cuando charlamos. En los Mundiales anteriores no vi la alegría que tenemos como grupo en este Mundial. Desde los más grande, que nos conocemos desde hace años, hasta los nuevos, que son más chicos y son unos fenómenos. Tratamos de decirles que disfruten. Y todo eso genera la alegría que te digo.

-¿Quién de los nuevos te sorprendió?

-Cristian Pavón y Maxi Meza. Se nota que son jugadores de estilo europeo. Te das cuenta cuando lo ves jugar.

-¿Además del objetivo grupal, te planteás metas personales en este Mundial?

-El sueño es poder hacer un gol en un Mundial. No es una cuenta pendiente, pero quiero tener el recuerdo para siempre de haber hecho un gol en un Mundial. Si no hago ninguno y ganamos la Copa no me voy a enojar, ja.

-Con 30 años recién cumplidos imagino que no pensás que este es tu último Mundial, como algunos de tus compañeros. ¿No?

-No. A este Mundial muchos llegamos en un momento justo por la edad. Yo si estoy bien en cuatro años y me da el cuerpo para pasarme uno o dos rivales, estaré si el técnico me necesita.

-En esa época, en 2022, ya vas a estar en Independiente.

-Y seguro que sí. Ya voy a tener 34 y siempre dije que iba a terminar en el Rojo.

-¿Qué significa que tu hijo ahora con 9 años te vea jugar un Mundial desde la tribuna?

-Como papá me encanta. Benjamín ya tiene 9 años y entiende el juego. Le gusta mucho mirar, me pregunta cosas de fútbol. Quiere jugar, me pide que lo lleve a un club. Por la edad que tiene se nota que tiene calidad. Dice que es delantero, ya pide cancha. Voy a tener que buscarle un club.

Fuente: Clarín