El seleccionado argentino de fútbol logró el objetivo de clasificar al Mundial de 2010 al vencer a Uruguay por 1-0 en un colmado estadio Centenario, poniendo fin a su tan deslucido como sufrido camino por las Eliminatorias.
Un gol de Mario Bolatti, a los 39 minutos del segundo tiempo, poco después de reemplazar a Gonzalo Higuaín, terminó de comprar el pasaje a Sudáfrica, cuyo medio boleto lo iba consiguiendo con un empate y con la victoria del Chile de Bielsa sobre Ecuador por 1-0 del otro lado del continente.
Aún con la victoria, Argentina por nombres y poderío futbolístico quedó en deuda ya que desde el desangre de la gestión de Basile y durante el año en que Maradona está al frente, el seleccionado no mostró una línea de juego acorde con la potencialidad de sus figuras.
Pero ayer el equipo Albiceleste hizo un planteo inteligente. Parado de manera defensiva, maniató las posibilidades rivales y metió su estocada cerca del final. Fue el mejor partido de visitante desde que Maradona es su técnico. Y tuvo una frutilla de postre: La clasificación al Mundial.
Argentina terminó el primer tiempo mejor de lo que comenzó, porque sufrió dos sofocones prematuros, apenas empezó el partido. Hasta los 20 minutos Uruguay mantuvo la ofensiva sin demasiada coherencia de juego pero en la segunda parte de la etapa, Argentina, con Verón, Higuaín y algo de Di María emparejó las acciones.
Pero tal como viene ocurriendo con la selección de Maradona no hubo una estrategia clara, Messi apenas si tocó un par de pelotas y fue bien custodiado por Pereira, Gargano y más atrás por Cáceres.
En el segundo tiempo Argentina mantuvo un plan conservador, que se profundizó con cambios de Monzón por Di María y de Bolatti por Higuaín, poblando el medio campo ante un Uruguay que no encontraba fórmulas.
Hasta que a los 39 minutos llegó el gol. Fue tras un tiro libre de Messi desde la derecha, que tocó corto al medio para que Verón la meta dentro del área y tras un rebote, Bolatti la empujara al gol.
Uruguay, quebrado ya, intentó con arremetidas, pero la doble línea defensiva que tenía la Albiceleste fue un muro impasable.

