Londres, 30 de julio.- Estamos muy bien y eso se traslada a la cancha – Por Luciana Aymar.

Habíamos visto muchos videos de las sudafricanas. La última vez que había jugado contra ellas había sido en el primer partido del Mundial de Rosario 2010, ¿se acuerdan? Sabíamos que iba a ser difícil el arranque, como pasa siempre en cada torneo importante. La verdad es que estaba nerviosa, porque la incertidumbre previa al debut te provoca eso. Pero uno con la mente puede manejar todo, así que busqué mucha paz y tranquilidad en mi interior; de esa manera lo fui manejando y logré mantener la calma, incluso cuando me ponían una marca fija.

El mensaje que les dimos las grandes a las más chicas fue que jugaran como si estuviesen en el Cenard, y la sensación terminó siendo muy positiva. Lo bueno es que como grupo estamos muy bien, y después eso se traslada a la cancha. Les aseguro que cuando un equipo está alegre y disfruta juega mucho mejor. En un momento me tocó hacer el cambio con Martina Cavallero, que acababa de hacer su gol, y ella venía con una gran sonrisa, gigante. Me alegra por Martu, porque es una de las más nuevas. Bah, en realidad por todas: por las que convirtieron goles y por las que buscaron la forma para que nosotras los hiciéramos.

Sabíamos que ante Sudáfrica íbamos a atacar mucho, generar varios córneres y situaciones de gol. Ahora me viene a la mente un jugadón de Charito Luchetti que se tiró para el desvío. En realidad todo salió muy bien; no recuerdo otro debut olímpico tan contundente en mi carrera en la selección. Es cierto que en los primeros minutos estuvimos un poco tensionadas y algunas pelotas nos rebotaron en el pie, pero siempre buscamos entrarle a Sudáfrica por algún sector. Después yo salí muchas veces, estaba relajada por el marcador ante tanta diferencia.

Este martes, el partido contra Estados Unidos va a ser especial para quienes estuvimos en los Panamericanos de Guadalajara, donde perdimos la final contra ellas. Será un duelo con un gusto diferente, sin dudas. Mis compañeras ya tuvieron la chance de enfrentar a las norteamericanas en la gira previa a los Juegos Olímpicos, pero yo no. Lo bueno es que estos siete goles nos llenan de confianza.

Les cuento además que el camino de la Villa Olímpica al estadio Riverbank Arena son apenas 5 minutos de trayecto, aunque el ómnibus se sigue bamboleando como siempre porque saltamos y cantamos canciones. Y como es costumbre, Pity D’Elía es la musicalizadora; esta vez eligió una versión de Adele mezclada con cumbia y reggaetón. ¡Terrible! Pero bueno, son los típicos temas motivadores que nos trae ella. Aquella canción de "Bailar pegados" ya quedó archivada después del Mundial 2010.

Lo último: varios me siguen preguntando por la ceremonia inaugural. La disfruté muchísimo porque la viví muy intensamente. Cuando salí al estadio con la bandera no sabía si mirar para atrás y saludar a las chicas que me gritaban o mirar para adelante. Veía las tribunas y no sabía a quién saludaba, fue una noche bárbara. ¡Y no lloré! Había llorado tanto antes que me quedé sin lágrimas para la fiesta.