El delantero de Racing, Ricardo Centurión, fue invitado a la mesa de Mirtha Legrand e hizo hincapié en la dura infancia que le tocó vivir cuando arrancó a jugar al fútbol y perdió a su padre.

"Empecé a los ocho años en el baby de Sudamérica en Avellaneda. Tenía todo al alcance: las drogas, las armas, veía muchas cosas. Tuve la oportunidad  de robar, pero no lo hice", confesó Centu.

Y agregó: "Fue una infancia dura, me tocó perder a mi papá a los cinco años. Trabajaba en negro, en una fábrica de fuegos artificiales. Murió quemado. Mi mamá quedó sola con los tres hijos. El duelo fue muy duro para ella, pero mi abuela fue muy importante".

Por último, Centurión contó que en Buenos Aires se siente "como en la casa de Gran Hermano" porque todos lo filman para juzgarlo. "No puedo sentarme a comer en un restaurant. Todos están esperando que me equivoque o haga algo fuera de lo normal", sentenció.