Con inteligencia y astucia corrió la carrera ‘Paco’ Lucero que reguló su aporte a la fuga para tener fuerzas en la parte final de la carrera. 


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El ganador de la ‘Carrera Open’, Daniel Lucero estaba muy feliz de lograr la victoria en una carrera difícil. ‘Se anduvo siempre muy rápido y como yo no tenía compañeros, me guardé, no quise gastar porque sabía que al final los equipos con más gente iban a acelerar’, confió el ciclista riojano que desde hace un par de años corre para el equipo de la Municipalidad de Rawson.


Consultado sobre cómo se dio el ataque decisivo, ese que él protagonizó con el sorprendente Diego Enrique Tivani; ‘Paco’ contó que escucha las carreras de los libres y que sabía que ‘el Flaco’ es un ciclista que está pasando por un gran momento y que es duro. ‘Cuando vi que atacó Tivani, me dije ’esta es buena’ y salí a buscar su rueda. Después entre los dos conversamos mucho y le dimos parejo‘.


La fuga decisiva de la carrera se inició cuando los dos hombres pisaban calle Centenario. Aún quedaban el tramo hasta la línea de meta (Centenario a Salta, luego Benavídez, para después buscar Mendoza) y dos giros a las cuatro arterias chimberas.


Cuando el dúo giró por Salta al Norte, tenían 25 segundos de ventaja. Lucero recuerda el momento así: ‘Giramos y vimos que la diferencia era buena, así que le dimos sin parar’, contó el ciclista que venía de ser quinto el sábado en una carrera disputada en Belén, Catamarca.


Sobre la definición explicó que ‘sabía’ que no debía dejarse sorprender. ‘Aun cuando no corre en federados, Tivani es un corredor de mucho oficio y sabía que no debía darle ninguna chance, así lancé un embalaje largo y lo mantuve’.
 

Momentos de la carrera


Buscando arrimar
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En una zona de curva y contracurva, en el Bajo Segura, se corta el pelotón. Un grupo de ciclistas se rebeló y salió a achicar el minuto de distancia que les llevaban los líderes. Sólo cuatro, de esos ocho hombres, lograron el objetivo de llegar arriba.


Tracción a sangre
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En calle Eva Perón, el pelotón transitaba rápido cuando, de la nada, apareció una carretela. Con la banquina angosta la situación se tornaba peligrosa. Pero, como en las películas, el conductor encontró una bocacalle y dobló con lo justo.