De los muchos partidos atrapantes que tenía la segunda fecha de la fase de grupos de Champions, había uno que despertaba una expectativa especial: el del subcampeón vigente, Tottenham, ante el poderoso Bayern Munich. Era un choque de fuerzas en teoría parejas y en lo previo hasta el equipo inglés tenía cierto favoritismo por sus antecedentes recientes. Pero el fútbol tenía algo para decir y el capítulo que se escribió en Londres terminó en una bofetada histórica para los Spurs. Nada menos que un 7-2 que será imposible de olvidar.

El joven extremo alemán Serge Gnabry fue la gran figura del partido al convertir cuatro de los siete goles de su equipo, que llamativamente había empezado abajo en el marcador.

El surcoreano Heung-min Son adelantó a los locales a los 12 minutos, pero los alemanes dieron el marcador antes del descanso, con goles de Joshua Kimmich (15) y del polaco Robert Lewandowski (45).

El segundo tiempo fue una exhibición de Gnabry, autor de cuatro goles (53, 55, 83 y 88). A su aporte se sumó otro tanto del polaco Lewandowski (87). De poco le sirvió al Tottenham el tanto de penal de Harry Kane (61), que había establecido el 4-2 parcial.

El equipo alemán se anotó un capítulo grande en los libros de historia. Más allá de lo obvio de la importancia de su victoria, es el primer equipo que anota como visitante siete goles a un inglés en toda la historia de las competiciones europeas.

Tras este resultado, el Bayern lidera con 6 puntos el grupo B, mientras que el Tottenham se quedó con apenas uno. Aunque resulte llamativo después de semejante traspié, Tottenham alberga buenas chances de clasificación, en un grupo que ambos comparten con Estrella Roja de Serbia (3 puntos) y Olympiacos de Grecia (1). En el otro partido de este martes, los balcánicos vencieron 3-1 a los griegos en Belgrado.