Era el principio de una historia o el final de otra. Terminó siendo el final de un ciclo ya insostenible para Jorge Vázquez al frente de Sportivo Desamparados porque no hay respuestas. Tocó fondo y lo golearon. Fue 3-0 ante Talleres en Córdoba pero más allá de los números finales de esta tercera derrota en la campaña 2009-10, Sportivo sumó otra fecha sin triunfo, sin puntos y sin goles -lleva ya 589 minutos sin convertir-. Demasiado como para sostener un proyecto que nació mal desde la concepción dirigencial y que se terminó traduciendo en el triste momento futbolístico de Desamparados en esta Zona C del Argentino A. Ahora, que siga el técnico o no, es otro cantar pero esta historia ya tiene final.
No importó el buen tramo del primer tiempo en el que después de la sorpresiva ventaja de Talleres (a los 2 minutos ya ganaba por el cabezazo de Palacio), Sportivo Desamparados fue dueño de la pelota. Intentó jugar y por momentos lo logró pero claro, los merecimientos tienen que terminar en goles y esa materia es deuda pendiente en esta versión del Víbora. Porque bastó que a los 14′ del complemento se fuera su jugador insignia, Juan Sosa, por expulsión para que Sportivo se desmoronara desde todo punto de vista. Sin orden, sin alma, sin nada. Fue presa fácil para el desahogo de un Talleres que necesitaba cachetear a alguien para recomponer su autoestima y se abusó del pálido presente de Sportivo. Así, a los 19′, el paraguayo Roberto Moreira Aldana puso el 2-0 parcial de cabeza y a los 37′, el recién ingresado Damián Solferino decoró el festival tallarín con el 3-0 y también de cabeza.
Lo mejorcito del Puyutano estuvo en esos 30 minutos del primer tiempo en los que mostró actitud y atrevimiento para quitarle la pelota a Talleres. Le faltó gol, como en toda esta campaña. Después, golpeado y descontrolado, fue presa fácil.
La goleada ya está. Importa lo que viene en este Desamparados que quiera o no le puso final a una historia. El replanteo total, desde lo dirigencial y desde lo futbolístico están en una carrera contra el tiempo. Vázquez hizo lo que tenía que hacer tratando de encontrar ese equipo que se asomó en los primeros 45′ de temporada ante Racing de Córdoba. Probó con todos los esquemas, cambió mucho y aún a costa de hacerles perder confianza a sus jugadores. Hizo lo que tenía a mano y no le encontró la vuelta. Dicen que las victorias siempre tienen dueño pero hoy en Sportivo sobran nombres para darle dueño a esta pesadilla.

