En la cocina. El personal de la empresa gastronómica contratada para la alimentación de los deportistas no para en ningún momento, especialmente a la hora del almuerzo pues hay tres turnos diferentes para servir la comida.

Hay 18 escenarios deportivos desplegados en estos Juegos Binacionales, pero sólo hay un lugar que aglutina a los más de 1.700 deportistas y a las casi 600 personas de la organización. Se trata del comedor, que montaron especialmente en Cepas Argentinas y que es un hervidero de gente que entra y sale y que puertas adentro tiene un increíble despliegue de asistentes, coordinadores, cocineros, mozos y colaboradores para poder asistir a los aproximadamente 2.300 integrantes de la competencia. Hay tres turnos de almuerzo, uno de cena, 74 mozos que no paran un instante y en medio de todo, los que preparan las viandas para la mediamañana y la merienda.


No hay nada librado al azar en el complejo. Desde muy temprano un grupo de trabajadores arma y embala las bandejas de la merienda para cada uno de los atletas, técnicos y organización (un sandwich, un alfajor y un jugo), que quedan listas para ser distribuidas.


Luego empiezan las tareas para el almuerzo, cuyos menúes fueron efectuados por especialistas. La comida es elaborada por una empresa gastronómica y ayer al mediodía sirvieron pizza de entrada, capeletis con salsa como plato principal y gelatina de postre. Como la actividad deportiva varía en horarios de acuerdo a las disciplinas es que hay tres turnos de almuerzo, a las 12; 13 y 13,30.


Después hay una pausa, pero breve pues la cena está prevista a las 20. En este caso sólo hay un turno y en ese momento del día es que se reúnen a la misma vez las 2.300 personas. Anoche cenaron rolls de fiambres, milanesas con puré y helado.


Además, para afianzar la confraternidad es que dispusieron de shows, con bandas en vivo y hasta de magia en cada noche. Al mediodía, en tanto, proyectan en pantalla gigante las actividades que aún permanecen con el streaming de la cobertura televisiva.

Reponer energías. Las chicas de la región Metropolitana, de Chile, en uno de los momentos clave para reponer energías y seguir compitiendo.
Confraternidad. El inmenso comedor fue instalado en una de las naves de Cepas Argentinas y acondicionado para la ocasión. Por allí pasan 2.300 personas.

"Hay 30 personas sólo de la organización, sin contar el personal de catering. Nos dividimos en áreas como Viandas, Almuerzo, Cena o Meriendas para poder trabajar coordinadamente. Es un movimiento muy grande porque son muchas personas para atender. En los Juegos Evita trabajamos para unas 700 personas, ahora son el triple. Es todo un desafío porque además del menú diario hacemos comida personalizada para las personas veganas, vegetarianas, celíacas, con intolerancia a la lactosa y para aquellas que tienen otras patología menos frecuentes; a la vez que también elaboramos las viandas para el personal de organización que no puede dejar las sedes", explicó María Eugenia Ramella, una de las coordinadoras.


Los desayunos, en tanto, los ofrecen en cada uno de los 23 hoteles donde se alojan los participantes, que de todos modos son supervisados por la organización y son del tipo americano (café, leche, yogur, frutas, fiambres). En tanto que a la noche, antes de que cada uno de los participantes se retire del comedor, les entregan las bandejas con la media mañana del día siguiente.