Las pasiones no tienen razón, por eso miles y miles de personas esperaron durante horas la llegada de la Copa del Mundo al Parque de Mayo. Y cuando arribó, fueron 15 minutos en los que más de 60.000 fanáticos (según informaron desde la organización) generaron una emotiva ovación. No fue un objeto dorado en un escenario, fue el trofeo deseado, "la Soñada" durante 36 años, la que levantó Messi. En el aguante hubo música, cantos de tribuna, fotos y una multitud pintó de celeste y blanco el paseo más importante de los sanjuaninos.

El Parque de Mayo fue el punto de encuentro dispuesto por las autoridades. Inicialmente habían previsto que las personas fueron pasando, como en una pasarela, lentamente sobre el escenario para estar lo más cerca posible de la Copa. Sin embargo esa opción rápidamente fue descartada por cuestiones de organización y seguridad. Así fue como planificaron que la comitiva que trasladó el trofeo desde la Difunta Correa al Parque de Mayo, encabezada por el gobernador Uñac y Claudio Tapia, sólo lo exhibieran en alto.

Agradecidos. La familia Torrent Ruiz fue al Parque a mostrarle gratitud a los campeones del mundo.

Desde muy temprano hubo familias enteras que se instalaron frente al escenario, ubicado a metros del Monumento al Deporte, tratando de asegurarse un buen lugar. Reposeras, mate, heladeritas con gaseosas fueron una constante. Para las 16, cuando había sido anunciada originalmente la llegada de la copa al Parque, ya había una multitud y la previa estuvo a cargo de la banda Omega.

Para las 17, nadie se movía pese a que no había novedades, pero a las 18 comenzaron algunas silbatinas. Fue a las 18,30 que entonces llegó Tapia y la comitiva con el objeto más esperado. Un vallado y un cordón humano rodearon a las autoridades, ante los fanáticos que accedieron a la zona detrás del escenario tratando de sacarse selfies.

Con dificultad, Uñac, Tapia, Ezequiel Palacios, Jorge Chica y otros integrantes de un reducido grupo subieron al escenario. Para entonces ya cantaban Los Totora, que hicieron una pausa, y los gritos de los espectadores se convirtieron en una ovación. La banda desde el escenario y las miles de personas luego entonaron lo que fue "el himno" del Mundial de Qatar para los argentinos: "Muchachos".

Con copa propia. La familia Pérez disfrutó de la tarde con mate, trofeo y bandera.

La fiesta era completa y para muchos, la espera había valido la pena. "Gracias por este recibimiento. Esta copa es para ustedes, se lo merecen" arengó Ezequiel Palacios, el campeón del mundo que llegó a la provincia. Luego, Tapia agradeció no sólo a los fanáticos sanjuaninos, a Scaloni y por supuesto, a Messi. "Ojalá sigamos ganando cosas", dijo el presidente de la AFA. Y destacó que tiene puesta la camiseta de San Juan: "Aprendamos a querer a nuestra provincia en cualquier parte del mundo".

Tras bajarse del escenario, Chiqui se acercó al vallado para firmar autógrafos, sacarse fotos y recibir algunos regalos de los fanáticos, ante el apuro de la gente de seguridad que lo acompañaba. Luego la comitiva ingresó al estadio del Parque de Mayo y a los minutos el público se desconcentró del lugar. La Copa del Mundo, la que estuvo en Qatar, finalmente tuvo su vuelta olímpica en San Juan.

Muchachos. La banda Los Totora cantó Muchachos, ante el delirio de los sanjuaninos y con la copa bajo el brazo de Tapia. Hubo ganas de disfrutar y pasarla bien, aprovechando la tarde.

Un operativo con 600 efectivos

En el operativo de seguridad que dispuso la Secretaría de Seguridad hubo 600 efectivos policiales, según informaron. La mayoría estuvo afectada al Parque de Mayo, ya que allí se concentró la mayor parte de los seguidores sanjuaninos. Hasta anoche no habían sido reportados incidentes.

Calor. Pese a que la jornada estuvo nublada, hubo calor y como muchas personas llegaron al Parque de Mayo muy temprano, algunas pidieron asistencia médica por sentirse mal. La falta de agua fue un factor que incidió en ese malestar. Precisamente, el Ministerio de Salud Pública había dispuesto de un shock room en el estadio Aldo Cantoni, mientras que seis grupos de agentes sanitarios recorrieron a pie el lugar con desfibriladores externos automáticos y elementos de primeros auxilios por cualquier eventualidad. Por supuesto también hubo ambulancias.

Cambio. Inicialmente, la idea fue que la copa fuera exhibida en el Parque y luego trasladada a la Difunta Correa, pero hubo cambio de planes.