Una vez más, el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino cumplió su promesa. Y esta vez fue por haberse concretado el logro deportivo más importante de trayectoria como dirigente y que le puso fin a casi 40 años sin títulos mundiales. Al igual que hizo con la Copa América y la Finalissima, Claudio "Chiqui" Tapia llevó hasta el santuario de la Difunta Correa la Copa del Mundo obtenida la semana pasada en Qatar. La visita fue breve pero cargada de emoción, así se lo pudo ver al presidente de la AFA en los 15 minutos que duró la visita al Paraje.

El arribo del sanjuanino, junto al gobernador Sergio Uñac y el futbolista campeón Exequiel Palacios, se retrasó varios minutos precisamente la llegada a la provincia del exvolante de River, quien más temprano participó de un acto en Buenos Aires junto a su compañero Enzo Fernández.

Ya desde temprano Vallecito se vio revolucionado por el imponente operativo policial que se montó desde temprano y que incluyó practicamente a todas las fuerzas de seguridad, con 200 efectivos que incluyeron también a las áreas de Policía Montada, Canes, Infantería y Bomberos. Lo cierto es que muchos sanjuaninos y también promesantes que llegaron desde otras provincias como San Luis, La Rioja, Córdoba y Buenos Aires, aguardaron por la llegada del presidente de la AFA y la esperada Copa del Mundo. Muchos aprovecharon para comer algo en los restaurantes ubicados en el paraje, otros aprovechando la tarde semi-nublada, pasaron las horas con mates y sanguchitos. Si bien en un comienzo se informó que el público no iba a poder subir hasta el Santuario donde descansan los restos de Deolinda Correa y que todo iba a quedar reservado para la comitiva de Tapia, con el paso de las horas la medida se modificó y la organización autorizó que los fanáticos pudieran ver de cerca -siempre detrás de los vallados- cuando Tapia cumpliera su promesa. 

Todos aguardaron la extensa espera que si bien estaba pactada para las 15.30, los dos helicópteros que trasladaban a la delegación, aterrizaron a las 17.25. Inmediatamente comenzó el ascenso a pie de Tapia y la Copa por las escalinatas de la Difunta. Al presidente se lo vio emocionado, con los ojos brillosos y una profunda emoción. A las 17.36 se dio el ingreso de Chiqui al Santuario de la Difunta que en esta última semana se vio colmado con banderas y camisetas de la Selección, seguramente de promesantes que llegaron a cumplir su pedido post-Mundial. Fueron pocos los minutos que la delegación estuvo allí y rápidamente emprendieron el descenso ante la ovación y los gritos de los fanáticos cantando el "Dale campeón, dale campeón". En un momento Palacios, se apartó de la cápsula para acercarse al vallado y tener contacto con el público, pero fueron pocos los afortunados que pudieron tener su selfie o autógrafo con el campeón del mundo, ya que la seguridad privada rápidamente lo llevo otra vez con el resto de la comitiva. 

"Es la promesa más importante para mí. Siempre soñé con esto", expresó Chiqui casi a la pasada ante los periodistas presentes. Minutos después en sus redes sociales se tomó el tiempo para publicar sobre su emoción: "La fidelidad, el amor y la lealtad se demuestran con acciones y no con palabras. Acá estamos, una vez más!", publicó el sanjuanino.

La mini delegación se trasladó hasta la calle principal del paraje donde se subieron a distintas movilidades que los llevaron a un descampado distante unos 600 metros, donde se subieron al helicóptero para regresar a la Capital y llegar al Parque de Mayo.

Así, a pura emoción, con visita breve pero con la ansiada Copa del Mundo que prácticamente nadie pudo tocar, los sanjuaninos vivieron un día que quedará marcado a fuego en un lunes que pareció domingo. Por primera vez una Copa del Mundo llega a la provincia y al paraje de la Difunta Correa, esta vez de la mano de un devoto fiel como lo es el presidente Claudio Chiqui Tapia.