Huracán la pasó mal anoche en Puerto la Cruz, Venezuela, donde cayó ante el Deportivo Anzoátegui por 3-0 en el partido de ida de la llave correspondiente a la primera fase de la Copa Conmebol Sudamericana.

Charlis Ortiz, Ricardo Martins, éste de tiro penal, y Néstor Canelón le dieron la victoria al conjunto local, que aprovechó las ventajas que le dio el conjunto argentino de mitad de cancha hacia atrás en el primer tiempo.

Huracán cerró una noche trágica al concluir el encuentro con nueve hombres tras las expulsiones de Romat y de Lucio Compagnucci, en el complemento.

Fue un pálido debut para el nuevo entrenador del Globo, Juan Manuel Azconzábal, que deberá trabajar mucho para que su equipo pueda dar vuelta la historia en el desquite del 31 de mayo en Parque de los Patricios.

Huracán la pasó muy mal en los primeros 25’ en los cuales recibió tres goles. Y esos tres tantos llegaron en jugadas veloces, que desnudaron las falencias defensivas de un equipo que sintió mucho las ausencias de los suspendidos Marcos Díaz, Mancinelli, Fritzler y Bogado.

Se paró muy mal de mitad de cancha hacia atrás el Globo y lo empezó a sufrir a los 7’ cuando Ortiz recibió por derecha y puso el 1-0. Cinco minutos más tarde, Ortiz recibió un pelotazo largo, superó en velocidad a Sosa y fue derribado por Giordano dentro del área.

Martins se encargó del penal y puso el 2-0. Y a los 21’, Sosa se la dejó servida a Canelón, quien con un disparo bajo y cruzado dejó sin chances al arquero quemero y puso el 3-0.
Huracán reaccionó en el cierre del segmento, con Norberto Briasco y el ecuatoriano Julio Angulo desnivelando por las puntas. Y estuvo en condiciones de descontar.

Y ese repunte se prolongó en la segunda etapa, cuando Azconzábal hizo ingresar a Chacana por Sosa, pasando Compagnucci como central. Una variante netamente ofensiva.

Y le dio más profundidad al equipo quemereo que en apenas cinco minutos tuvo dos chances claras para achicar distancias en los pies de Briasco y Angulo, pero en ambas respondió muy bien Velázquez. El cierre fue de ida y vuelta, con Huracán yendo una y otra vez, pero dejando espacios para las veloces réplicas venezolanas.