River pasó de la bronca por la derrota parcial a la alegría infinita por dar vuelta la Superfinal de la Copa Libertadores ante Boca. Pero esa transformación del resultado no solo se vio reflejada en el ánimo de de los hinchas Millonarios, sino también de los protagonistas. La cara de Guillermo Barros Schelotto habló por sí sola.

El director técnico de Boca Juniors no pudo ocultar su decepción por el gol que convirtió Juanfer Quintero en el segundo tiempo suplementario y que significó la derrota ante el histórico rival en el partido más importante para ambos equipos.

El Mellizo estuvo varios segundos inmóvil, con la mirada perdida sobre el horizonte, como si no pudiera entender cómo sus dirigidos terminaron quedándose con las manos vacías luego de haber arrancado en ventaja por el gol de Darío Benedetto. Minutos después, el árbitro Andrés Cunha marcó el final del partido.