Como hormiguitas. Los ciclistas se ven pequeños entre la inmensidad del paisaje mientras se aproximan a los Baños de Talacasto. El clima varió todo el tiempo según si el sol salía o se escondía.

Siempre es una de las etapas más esperadas por quienes les gusta ver casi en carne propia el sacrificio de los competidores. Por eso es la etapa reina, porque exige el máximo esfuerzo de los ciclistas y prácticamente define al próximo campeón de la Vuelta a San Juan y por eso también cada año es la reina de la convocatoria.

Ayer El Colorado contó con poco más de 8 mil personas que ascendieron hasta ese punto entre el limite geográfico de Iglesia y Ullum para alentar a los ciclistas cuando las piernas ya no daban más, incluso muchos lo hicieron desde la madrugada sabiendo que el paso se cerraba a primera hora de la mañana. Los asados en la previa o en el final de la etapa son el otro clásico del Colorado. En la montaña el humo es denominador común en todos quienes asisten a vivir una jornada donde lo único que interesa es respirar ciclismo.

Es que vale la pena llegar hasta allí. Es tanto el esfuerzo realizado que en los últimos 20 kilómetros y sobre todo cuando se van alcanzando los 2.565 msnm, los físicos comienzan a sentir la trepada, y el ascenso pasa factura dejando al grupo completamente desintegrado. Los gritos de aliento para cada uno de los ciclistas sin importar el equipo ni la nacionalidad, el clásico "dale, dale", los aplausos y las banderas flameando, fueron las postales del mediodía en la montaña. Allí es donde la preferencia queda de lado y se alienta a todos por igual para que los competidores saquen fuerzas y puedan encaminarse a la meta. Si después de todo, ese cariño de la gente es el mejor premio para esos valientes después de poco más de cuatro horas de esfuerzo.

Sacaron rédito. Marcos Frías y Carina Agüero aprovecharon para ver la carrera pero también para vender choris con chorizos caseros de un reciente carneo.
Ardua tarea. Javier López, Gustavo Ortíz y Leonardo Quinn se encargaron de asar a la llama las ocho puntas de espalda para la Municipalidad de Iglesia.
Una delicia. Ingenio puro. Este grupo de aficionados fabricó una especie de albergue para protegerse del sol y de la lluvia que también fue partícipe al cierre de la prueba.
Un clásico. "Solidaridad Deportiva" al mando de Tati Pizarro como cada año le brindó al equipo de DIARIO DE CUYO el tradicional asado y jamón casero. También se sumaron otros medios.