La Copa Eterna. La que no se olvidará jamás. La que se sabía iba a marcar la historia a fuego para siempre de River y Boca. Y así fue. Para el Millonario no habrá nada ni nadie que opaque aquel 9 de diciembre de 2018 en Madrid. Para el Xeneize es un peso enorme, que trata de menospreciar con aquel descenso de River. Pero es inevitable tapar el sol con un dedo: se trató del superclásico más importante de todos los tiempos, porque se trataba de una final, por la previa y por cada condimento que tuvo aquellos partidos en la Bombonera y en Madrid.

El primer aniversario de aquella epopeya en  el Santiago Bernabéu se festejó desde las 00 horas en el Monumental y durante todo el día en cada rincón del país. Y San Juan no fue la excepción. Desde las 18 empezaron a llegar los hinchas. Camisetas del Pity, de Juanfer, de Enzo, de Pratto. Banderas pintadas con la fecha del 9/12.

A las 19 comenzó la fiesta. Bengalas de colores rojo y blanco, y muchos cánticos haciendo alusión a aquella fecha inolvidable. Canciones de cancha dedicadas al “exclub que murió en Madrid” y otras que reivindicaban figuras de aquel equipo, pero los alaridos fueron sólo para Gallardo, “el padre de la criatura”. Folclore puro.

#FestejosLos sanjuaninos celebran la #CopaEterna ganada por River en Madrid

Publicado por Diario de Cuyo en Lunes, 9 de diciembre de 2019

Hubo mayoría de jóvenes en la Plaza 25, varones y chicas, pero también nenes con camiseta de River.

Y algunos veteranos, aquellos que vieron a Alonso, al equipo campeón del mundo del ’86, a la máquina de Ramón Díaz del ’96, con los inolvidables Crespo, Ortega, Ángel y otros tantos. Pero estaban ahí, sabiendo que la gloria conseguida hace exactamente un año supera todo aquello.

Por eso a una señora que pisaba los 50 cantaba a orillas de la fuente de la Plaza 25 revoleando una bandera y secándose un puñado de lágrimas. Un hombre canoso que tenía la remera que usó el ‘Matador’ Salas a mediados los ’90 agitaba el palo de una bandera con los colores del Millonario. No se sabía los cánticos, pero reía como un niño. Estaba feliz.

Todo fue alegría y no es para menos.