La gente fue a verlo a Maradona, y no era difícil investigar mucho para darse cuenta en la cancha. La evidencia se presentaba espontáneamente sin tapujos. Para no hacerla tan difícil, Maradona todavía es un imán para la gente, y también quedó demostrado en el público sanjuanino.
Fue mucha gente para verlo y a darle un silencioso apoyo. Pero no era por el triste hecho que su novia había perdido el embarazo. Eso todavía no tomaba estado público cuando a las 22.02 empezó el partido. Fueron a ver a Maradona. A sacarle una foto, o a captarlo simplemente con los ojos a ese hombre-mito que consiguió para el país el último título de campeón del mundo, y también el encargado de intentar ser el próximo, cuando la cuenta regresiva al torneo de Sudáfrica empieza a apurar.
Tanto el hincha a secas como el futbolero de ley sabían perfectamente que no se esperaba ver a un equipo albiceleste. Nadie fue tampoco a pedirles peras al nogal. Eran 19 futbolistas, de pretemporada, que habían tenido apenas una sola práctica para conocerse, y, sabiendo que corren desde muy atrás sus esperanzas de ir al mundial, aceptan la convocatoria para defender los colores justo a menos de una semana que empiece el Clausura de AFA. Por eso, no se esperaba que algún jugador transpirara la camiseta sin importar si el precio de tener esa experiencia era lesionarse por 6 meses, como fue lo que le ocurrió a Matheu a los dos minutos del partido. Sin dudas, el hecho más triste de la noche. Igual, el partido era un mini test pensando en la lista de los 23 que van al mundial. Antes de entrar al vestuario, Maradona dijo que les iba a prestar especial atención a Erviti, Gaitán, Sosa y Clemente Rodríguez. En las declaraciones posteriores al encuentro, les tiró flores a los 4. Pero ya había hablado en la cancha. A los dos primeros los sacó en el entretiempo, a los dos últimos los dejó todo el partido (compartieron ese privilegio el arquero Campestrini y los defensores Guillermo Burdisso y Luciano Monzón). De Palermo no dijo mucho, pero también es cierto que no pudo testearlo ya que, salvo en la jugada del primer gol, no le tiraron un centro preciso al área.
Si alguno de estos jugadores va al mundial, la gente que estuvo antenoche en la cancha, recordará que "lo vio jugar" y su ego se inflará un poquito momentáneamente. Pero aunque no fue para esperar algo especial de la actuación de este equipo, lo mismo la gente espera de Maradona todavía otro milagro. Que salga o no salga después, es otro tema. Pero cree en él. Esa imagen positiva sirve para mucho. Incluso (o principalmente para otros) se puede explotar económicamente esa imagen. Era una duda que se había extendido bastante en distintos lugares si la gente iba a llenar un estadio con capacidad para 19.000 espectadores. En medios nacionales incluso se potenció el rumor, probablemente como otra estrategia de venta de entradas. Y si la gente concurrió masivamente fue simplemente porque el "que cortaba boletos" era Maradona.