Todo empezó como una gran fiesta pero terminó siendo una tremenda desilusión. De esa forma la vivieron los miles de hinchas de Boca Juniors a la gran final de la Copa Libertadores ante el Fluminense de Brasil.

Antes de iniciado el partido el sueño de conseguir la séptima corona tenía causas y forma. Tanto en el Maracaná, que se tiñó de los colores azul y oro en la mitad de sus localidades, como en Buenos Aires y San Juan, y seguramente en todas las provincias argentinas, la emoción se instalaba en cada rincón.

Luego del primer gol del equipo brasileño los nervios ganaron el escenario pero las esperanzas nunca cayeron. Y qué decir cuando se dio el empate del peruano Advíncula. Volvió la alegría y renacieron las esperanzas.

Ya en el alargue mucho se hablaba de los penales, esa instancia que Boca domina de la mano de "Chiquito" Romero. Pero llegó el segundo gol de Fluminense y otra vez a sufrir. Alentando casi siempre y discutiendo algunas decisiones del técnico Almirón. Hasta que llegó el final y la tristeza invadió todos los rostros xeneizes.

"No importa, cariño" parece pensar y actuar esta pareja en el Obelisco.
En Buenos Aires los hinchas de Boca vivieron nerviosos el partido. Alentaron siempre y sufrieron tras la derrota.
Atención a full en pleno centro sanjuanino. Así lo vivieron los hinchas.