Tenía que darse el cambio de timón. Y se dio nomás. El lunes, Darío Franco dejó de ser el técnico de San Martín e inmediatamente llegó Daniel Garnero. Al margen de lo que pueden significar las variantes tácticas que mandará el nuevo entrenador está el otro plano, el anímico, que mucho tiene que ver con la vida de los equipos en este fútbol tan cambiante como parejo. Por eso, el equipo, que no sufrirá cambios sustanciales, tendrá a muchas caras conocidas pero con el agregado de sentirse otra vez vivo. Dispuesto a dar pelea por el ansiado ascenso a Primera División.

En eso está el Verdinegro. Con retoques y manera distinta de pararse en la cancha. Pero renovado, en su totalidad, a la hora de pensar en ganarle a su rival de turno. Esta tarde, desde las 17 y en Concepción, será el irregular Deportivo Merlo el que examine. No es un partido chivo. Tampoco sencillo, más porque el que estará enfrente necesita llevarse algo de San Juan porque lo preocupa sobre manera su Promedio.

En pocas palabras, el Verdinegro saldrá con su línea de cuatro, tres volantes aptos para la marca, un enganche bien definido y dos delanteros. Vuelve Scatolaro (al medio para acompañar al símbolo Alderete), aparecen en escena Drocco (en el fondo), Zamponi (como dupla con Grabinski) y Cantero (para el tridente del mediocampo), juega Messera en lo que sabe (no le pidan marca, sí creación) y va con dos delanteros: Penco y Roberval. Veremos...