“La verdad que hubo que revolcarse un poco”. La frase, tirada entre sonrisas pícaras por Daniel Kenan marca que en el juego ante Italia fue la primera vez del Mundial donde realmente lo exigieron. Y el arquero de la albiceleste cumplió con la misión de un seleccionado que pretende ser campeón: ser un arquero confiable. Pero el Turco, quien se preparó para este Mundial incluso viajando a España a entrenar un par de meses, demostró temple para mantener la tranquilidad más allá del 0-1 recibido a los tres minutos de juego. De ahí en adelante, y cuando Argentina se tambaleaba por momentos debido a la tensión, sus atajadas sirvieron para cambiar el panorama. Eso, más el ingreso fundamental de David Páez, empezar a edificar la remontada en el marcador. “Italia era un rival de otro nivel a los dos anteriores que tuvimos. Encima, nos empezaron ganando y lo importante es que jamás nos desacomodamos. Valoro que el equipo lo supo dar vuelta y que también siempre lo buscó”, relató el diez.

De cara a lo que se viene, cruces mano a mano donde un error cuesta la eliminación, Kenan expresó que “hay que ir paso a paso. En el camino ahora tenemos a Chile y hay que afrontarlo con la misma seriedad que este partido. Nosotros no tenemos ninguna espina clavada del Mundial pasado, lo nuestro es el presente”, finalizó.