Será el partido más importante de la historia de los Superclásicos, el que definirá al campeón de la Copa Libertadores, nada menos. Y aunque casi todas las preguntas están vinculadas a la recuperación de Ignacio Scocco en River y a despejar la duda del arco entre Agustín Rossi y Esteban Andrada en Boca, hay otro interrogante. ¿Quién será el árbitro de este choque caliente?

Hay una historia detrás de esta designación que se dará a conocer, a más tardar, este fin de semana. En la reunión que los dirigentes de River, Boca, Gremio y Palmeiras tuvieron en la Conmebol antes de las semis quedó todo pautado. Entre la firma del compromiso del Fair Play y la ronda de café quedó claro que los jueces serían brasileños si la final era argentina y viceversa si la definición del torneo tenía como protagonistas a gaúchos y paulistas.

Wilson Seneme, titular de la Comisión de Arbitros de la Conmebol, se frotó las manos cuándo quedó resuelto que la máxima competencia continental sería Boca-River. Y había pensando en Anderson Daronco para la ida y en Wilton Pereira Sampaio para la vuelta. El ex referí de 48 años, primo de Cristiano Ronaldo, quería a sus compatriotas en la Superfinal.

Pero la derrota de los brasileños, sumado a la conflictividad que generó el reclamo de Gremio, lo obligó a tomar una decisión políticamente correcta. Y cómo el uruguayo Andrés Cunha y el colombiano Wilmar Roldán habían sido los jueces de las semis, eligió a Roberto Tobar. Y la apuesta del chileno de 36 años salió redonda. Su tarea fue impecable. Aunque tuvo a favor la coyuntura. Diez futbolistas jugaron condicionados por la tarjeta amarilla: Cristian Pavón, Nahitan Nandez, Pablo Pérez, Lucas Olaza, Jonatan Maidana, Javier Pinola, Enzo Pérez, Pity Martínez, Lucas Pratto y Rafael Santos Borré. Sólo el colombiano fue amonestado y se perderá el encuentro del 24 de noviembre en el Monumental.

"Ahora va a ser distinto. Los jugadores saben que es el último partido, que es a todo o nada y no van a jugar como señoritas", le dijo a Clarín una fuente del arbitraje. Habrá pierna fuerte, claro está. "¿Y por qué no dirige (Néstor) Pitana, que fue el árbitro de la final del Mundial?", le sugirieron a Seneme. Hoy por hoy, el misionero es considerado el mejor referí para la FIFA. Pero hay tres situaciones que lo descartan: 1) Quedó refrendado que los partidos entre equipos de un mismo país serán dirigidos por jueces extranjeros. Y esto se decidió, precisamente, después del episodio del gas pimienta en la Bombonera. 2) Pitana está lesionado. Tiene una tendinitis. 3) La semana que viene viajará a Milán para recibir un reconocimiento de la Asociación Italiana de Árbitros.

Pitana, además de todas estas imposibilidades, sabe que tiene más para perder. Le sobra crédito en el exterior después de los Mundiales de Brasil y Rusia y hasta está pensando en dirigir en Arabia Saudita o Qatar, países desde donde recibió jugosas ofertas, al final de esta temporada.

¿Entonces? ¿Quién tendrá el silbato en el Boca-River? Según pudo averiguar Clarín, Sampaio corre con ventaja. "Tiene personalidad y habla portuñol (sic)", dijeron. Detrás corren Cunha y Roldán. Todo puede cambiar en el universo de la Conmebol. Pero, por ahora, de la mano del primo de CR7, los brasileños corren con ventaja para hacerse cargo del partido más picante de la Copa Libertadores.