Un impecable Barcelona dio el primer paso hacia el triplete al que aspira en la presente temporada y ganó la Copa del Rey del fútbol español, goleando 4-1 al Athletic de Bilbao y festejando su primera corona de las tres deseadas. Es que el fin de semana le puede dar el título de la Liga Española y el miércoles 27, de ganarle al Manchester United inglés en Italia, se coronará en la Champions League. Sería el triplete de ensueño.
Claro, mucho tiene que ver que el equipo catalán cuenta con el as de espadas del fútbol actual: el argentino Lionel Messi. Ayer, el pibe arrancó otra vez aplausos por doquier y, de paso, se anotó con el segundo gol -un golazo- con el que Barcelona empezó a darle forma a su espectacular levantada después de un falso inicio. No conforme con eso metió un estiletazo propio de él para el tercer gol, que lo anotó Bojan apenas dos minutos después. Tarea redondita para el "Pibe 10", que ya es un referente ineludible de los catalanes.
La final de la Copa del Rey se jugó ante una multitud en el estadio del Valencia, donde vascos y catalanes silbaron por igual el Himno Nacional de España, mostrando sus ansias de independizarse económicamente del país español.
En el inicio el Bilbao llevó el partido a su terreno durante la primera media hora de juego, pero el Barcelona se recompuso ya en el final del primer período, logró empatar antes del descanso y remató el trabajo, en el complemento, en menos de diez minutos, con tres goles.
De entrada se jugó como que quiso el equipo vasco. Es que atoró todos los movimientos de ataque del Barcelona y respondió con velocidad. Por eso no extrañó que llegara al gol, a través de Toquero.
Barcelona estaba desconcertado. Pero bastó que el marfileño Yayá Touré empardara el tablero, tras una corrida formidable, para que todo cambiara.
En el complemento, el equipo catalán se adueñó del encuentro por completo.
Por eso, en tan sólo dos minutos metió dos goles y poco después, a los 19 minutos, ya ganaba por 4-1. Messi, Bojan y Xavi llevaron la Copa del Rey a las vitrinas del club catalán cuando restaba media hora para la conclusión del encuentro.
Para entonces, el equipo vasco ya había empezado a acusar el esfuerzo físico de la primera mitad y Barcelona encontraba los espacios que le faltaron al inicio del encuentro para acercarse al arco rival.
De ahí al final del partido, Barcelona se sintió muy cómodo y Athletic Bilbao impotente para revertir la historia.
Más tarde llegó la coronación, a cargo del rey Juan Carlos, quien habló y abrazó al otro rey, el que estuvo jugando en la cancha: Lionel Messi.