"Te conté que un día me desperté de la siesta y me preguntaba si era verdad o era un sueño lo que estaba viviendo. No sólo competir, sino compartir la vida de la Villa Olímpica, fue una gran experiencia’, contó Gonzalo minutos después de festejar el oro del taekwondista correntino Sebastián Crismanich, con quien compartió el departamento y con el que tomaba mate mientras esperaban su momento.
"Yo salía de la Villa a las 8 y volvía a las 16, después de entrenar en el Hyde Park, así que dormía una siesta y después de hacer un poco de trote y natación en la pileta, el momento de compartir con el resto de los argentinos era la cena en el comedor’, confió el triatleta sanjuanino.
"Perdía mucho tiempo en los traslados por lo que me quedé con las entradas para ver a la Selección de vóleibol y acompañar a Walter Pérez en el ciclismo’, amplió.
Sobre los contactos que tuvo, comentó que fue muy fuerte estar con Ginóbili, Scola y Del Potro. "Son profesionales, ganan mucho dinero, pero son muy sencillos. Comían lo mismo que nosotros, dormían en camas similares, eran uno más’.
Finalmente contó que por sus horarios no pudo coincidir con los basquebolistas estadounidenses y que cenó al lado del holandés que corrió la final de los 100 metros con Usain Bolt.

