El caso de abusos sexuales en el Instituto Antonio Próvolo, de Luján de Cuyo, sumó el testimonio del denunciante número 18. El joven de 21 años dio el relato “más desgarrador, contundente, y escalofriante” de las vejaciones a los alumnos hipoacúsicos, de la causa que cuenta con 28 denuncias.
Este último denunciante fue llamado a testiguar luego de que otras víctimas contaran su caso en la investigación que realiza el fiscal Gustavo Stroppiana.

 

Una vez hallado el joven que proviene del litoral argentino, fue invitado a participar de la causa y contar su experiencia. Con su consentimiento, el de los psicólogos del caso, y la autorización de Stroppiana, estuvo el viernes brindando su testimonial en cámara Gesell durante siete horas. El joven, señalado por su abogado querellante, Oscar Barrera, como el “testigo más importante”, dio datos que sorprendieron a todos los presentes, tanto por la exactitud de los hechos y lugares como por la información que aportó y que nadie esperaba.

 

“Su relato es el más desgarrador, el más concreto, contundente, y fuerte de todos. Él detalla hechos concretos, lugares a la perfección del Próvolo y que nosotros mismos –querella, fiscal, defensores y policía- pudimos ver en la inspección ocular. También da detalles de accesorios que usaban, y amplió hechos que otras habían contado”, contó Barrera a El Sol.

 

Uno de los momentos más fuerte fue cuando el joven relató los abusos sexuales a los que fue sometido por el cura Horacio Corbacho, por el administrador José Luis Ojeda, y el jardinero Armando Gómez, y que en numerosas ocasiones los testigos de los aberrantes hechos fueron las monjas, entre ellas la imputada Kosaka Kumiko, el clérigo Nicolás Corbacho, el monaguillo Jorge Bordon, y empleados del Próvolo.

 

Las violaciones se consumaron desde el 2004 al 2010, aproximadamente, época en la que el joven ingresó a las 8 años, pero que luego de las situaciones de agresividad “extrema” a la que era expuesto decidió abandonar el instituto religioso a los 14 años.

 

“Es un chico de una clase social muy humilde, que durante su estadía en el Próvolo muy pocas veces volvió a su casa debido a la falta de dinero de los padres. Fue así que comenzó su tortura”, advirtió el querellante.

 

Y amplió: “Según el testigo, el maltrato físico al que era expuesto excedía los límites, ya que los golpes comenzaban en la cabeza y terminaban en el resto de su cuerpo cuando le enseñaban la lengua oralista –cambiar el idioma de señas por la lectura facial-. El principal señalado de efectuar estas agresiones es Corbacho".

Los años pasaron, y la víctima continuaba sin decir nada de los abusos sexuales por temor a que le fuera a pasar algo a su madre, fue entonces que decidió guardar el secreto más “escalofriante”. Pero los golpes no iban a durar más años ocultados, fue gracias a esas marcas que su madre decidió hacer algo al respecto.

 

“Cuando la madre se puso al tanto de todos los hechos de violencia que padecía su hijo no dudó en sacarlo del albergue y apartarlo de todo ese dolor. Sin embargo el temor no dudó en llegar, por lo que toda la familia decidió movilizarse al norte del país”, dijo Barrera.

 

Paso el tiempo y el chico nunca contó nada, hasta hoy. “Después de contar todo lo que vivió lo vi más relajado, más tranquilo y suelto. Parece que se sacó una enorme mochila de encima”. El abogado defensor dijo que “este joven es la pieza fundamental de la investigación, por su claridad de lo ocurrido. Que también confirma mis sospechas sobre la sistematización de los hechos y la complicidad de numerosas personas. Esto es completamente diferente a lo declarado por algunos imputados”.

Nuevo dato

 

Uno de los datos nuevos que aportó el denunciante 18 fue la muerte de un niño en el Próvolo. Según el testimonio del chico, uno de sus ex compañeros del primario un día, jugando, se subió al techo del instituto, pero se resbaló y cayó, produciéndose se muerte inmediata.

“Este detalle es muy fuerte, porque el hecho no está registrado en ningún acta, ni registro, ni nada del material que se secuestró del Próvolo”, remarcó Barrera.
Esto da paso a una nueva investigación para constatar el testimonio, y situación de la familia.