Mendoza, 18 de julio.- Micaela Blasco vivía a la altura del 880 de la calle San Juan, en en el centro de Mendoza, junto a su madre quien, como cada día salió esta mañana a trabajar. Al regresar para el descanso del mediodía se encontró con el trágico cuadro: el cuerpo desnudo e inmóvil de su hija en la bañera, con un cable ahorcándola.

De inmediato la mujer dio aviso al 911. Al llegar, los investigadores constataron que las puertas de acceso al edificio y al departamento, en el segundo piso, no presentaban signos de haber sido violentadas por lo que manejan la hipótesis de que el asesino pertenece al círculo íntimo de la víctima.

También pusieron en duda el móvil de "robo", ya que si bien del lugar desaparecieron un teléfono celular y una radio tipo Nextel, quien haya cometido el crimen dejó una computadora portátil que se encontraba a simple vista y al alcance de la mano.

Micaela había abandonado hacía poco la carrera de Arquitectura y trabajaba como empleada en una conocida cadena nacional de heladerías.

La policía mendocina sigue buscando por estas horas pistas para dar con el o los autores del hecho y esclarecer las causas del ataque.