Dos nenas murieron como consecuencia del accidente que se produjo en la ruta 2, a la altura de Lezama: se trata de Delfina Del Bianco, de 11 años, y Mía Soledad Morán, de 12.

Las pequeñas eran mejores amigas. Por eso, eligieron sentarse juntas en el micro que las iba a llevar a San Clemente. Se ubicaron en el piso de arriba, en el fondo.

“Eran tal para cual: tímidas, estudiosas, hinchas de Boca e incipientes jugadoras de hockey en el Ranch Sports”, le contó Rogelia a Clarín, que administra un kiosco en la Av. Peron al 6000 llamado “La Paz”, justo enfrente de la casa de Delfina.

Cómo era Delfina, según cuentan sus allegados

Sobre las horas previas al viaje de la niña, Rogelia confesó: “Ayer vino Silvia, la mamá de Delfina, a comprar algunos dulces para hacerle el paquetito a la hija para el micro. Estaba rara, llorosa, porque no estaba del todo convencida de que Delfi viaje. Se despidió diciendo: ‘No me des bola, soy una tonta’. Ahora tiemblo recordando la conversación”.

María, quien vive al lado de la casa de Delfina, no quiere hablar pero comparte sus sensaciones, como si hiciera catarsis. “Necesito sacarme el dolor que tengo en el pecho. Conozco de toda la vida a la familia, los papás Silvia y José, muy laburadores, a sus hijas. A Delfina la vi nacer. Un ser celestial, una chica muy hogareña, apegada a sus padres, una nena dulce y cariñosa. Para ella el mejor plan era ir a jugar al hockey”, expresó la mujer en diálogo con el mismo medio.

Asimismo, contó sobre el momento en que la hermana de Delfina se enteró de la noticia: “Estaba trabajando en un local de ropa y el dueño vio en la tele las escenas de lo que pasó en la ruta 2 y le dijo que se fuera”.

Respecto a la situación escolar de Del Bianco, Rogelia y María coincidieron en la información: “Delfina cambió de colegio. Estuvo en el Estrada hasta el 2018 y este año empezó en el Vera Peñaloza”. Ella no quería el cambio, pero se adaptó rápido y consiguió buenas notas. “Siempre fue una buena alumna, destacada, que todavía no tenía claro qué quería estudiar”, dijeron.

Qué dicen los familiares de Mía

Natalia, la tía de Mía que vive en la casa de atrás de la nena, manifestó en diálogo con Clarín: “Estoy hecha mierda. Anoche Mía vino a mi casa para que le hiciera la planchita, quería tener el pelo lacio para el viaje. La loca estaba ansiosa con el viaje, muy embalada, y como siempre se quería ver divina”.

“La coquetería antes que nada. Podía caerse el mundo que Mía estaba impecable, perfumada, el brillito en los ojos, los aritos, la pulserita. Yo la jodía, pero ella me decía que quería ser diseñadora de indumentaria”, indica su tía.

Al describir a su sobrina, Natalia aseguró: “Era una piba tranquilita, inocente, pero ninguna boba. Tenía carácter y era muy competitiva, si no la ganaba la empataba. Ah, era una fanática bostera y festejó el triunfo de Flamengo con la remera de Boca”.

Yasmila Stohr, entrenadora de hockey del club Ranch Sports, tampoco podía asimilar la tragedia que se llevó la vida de su alumna. “Justo el martes felicité a Mía porque había tenido una acción individual muy destacada, en la que amagó y definió muy bien. Y como es muy calladita y tímida, se lo dije y estaba entusiasmadisima. Este viernes volvía a entrenar porque el sábado teníamos un partido contra un club de José C. Paz”, recordó. Asimismo, describió a la niña como una “chica menuda, frágil a simple vista, pero aguerrida y combativa”.

Fuente: Mitre