El cura Walter Andrés Bustos (46) comenzó este martes a ser juzgado. El imputado, que llegó al debate en libertad, se presentó en Tribunales y transitó la primera jornada del juicio en silencio y con tranquilidad.

El juez del caso es Víctor Hugo Muñoz Carpino (Sala I, Cámara Penal). Mientras que la fiscal es Marcela Torres y la defensa está representada por Sandra Leveque.

Hoy se leyó requisitoria fiscal y el auto de elevación a juicio. Luego de eso, Leveque solicitó la nulidad del proceso, argumentando que el Ministerio Público Fiscal ha excluido algunas pruebas, como audios y fotos del celular de Bustos. Por su parte, la fiscal Torres se opuso a ese planteo, brindando explicaciones y sus argumentos.

El juez resolvió pasar a un cuarto intermedio hasta este miércoles, día en el que se espera que comiencen a declarar los primeros testigos.

Bustos llegó a pasar 1 año y 5 meses detenido

Bustos está acusado de cometer abusos sexuales simples que dejaron un grave daño en la salud mental de dos hermanos cuando eran niños (el menor de ellos sufrió además "diabetes emocional"). 

El caso fue denunciado el 28 de agosto de 2017

Tal como lo anunció el Arzobispado de la provincia este martes mediante un comunicado, el sacerdote se encuentra suspendido de sus actividades religiosas. 

LOS HECHOS

Según fuentes judiciales, las presuntas víctimas son dos hermanos que son sobrinos de Bustos.

La acusación indica que al menor de ellos lo abusó por primera vez cuando el niño tenía 11 años, aunque no se descartan otros ataques con anterioridad. Fue en enero de 2015, en San Luis, donde la familia había ido a un cumpleaños de 15. Ambos compartieron habitación y esa situación fue aprovechada por el cura, quien presuntamente le apoyó el miembro en una pierna del menor, mientras con las manos le tocaba el pecho y los glúteos y mientras le decía que, si quería, "lo podían hacer", en referencia a tener relaciones sexuales.

Esa vez el menor se lo sacó de encima, a lo que el sacerdote le pidió que no le dijera nada a nadie, consta en el expediente.

Luego hubo otro episodio similar, en el que Bustos, además de volver a tocarlo y apoyarle sus genitales, intentó bajarle el short y lo besó cerca de los labios y en el cuello, mientras le pedía "lo hagamos".

Otro acto abusivo, ya cuando el menor tenía 13 años, fue en Valle Fértil, en la casa parroquial donde vivía Bustos. El niño fue con su familia a festejar Año Nuevo (2017), y mientras dormía, el sacerdote lo abrazó con fuerza, le afirmó su pene en las piernas y le tocaba las tetillas y glúteos, otra vez ofreciéndole "hacer el amor".

Un mes después, en febrero de 2017 y en la misma casa parroquial, su tío lo despertó, se bajó los pantalones y le pidió que lo tocara, consta en la denuncia. Tales acto le provocaron una diabetes emocional, deterioro en el desempeño intelectual y otros problemas.

El hermano de ese niño, cuatro años mayor,  quien contó que cuando tenía 17 años (febrero de 2015 o 2016) y estaba en la casa de sus abuelos, Bustos fue a su cama, se sentó al lado y empezó a acariciarle el pecho y las tetillas. Al despertarse, el cura le dijo "no me des bola, dejate llevar...., y lo besó", dice el expediente. El chico en ese momento se lo sacó de encima y se fue al baño, pero cuando volvió, Bustos repitió los tocamientos.

Otro hecho relatado por ese menor fue a mediados de 2018, cuando en esa misma casa su tío, esta vez en estado de ebriedad, se acostó en un colchón y, a la vista de su sobrino, se masturbó.

En tanto que en otra oportunidad, según la denuncia, afirmó su pene en la rodilla del joven.