Hablar de los Moreta Pereyra es, para muchos cauceteros, sinónimo de violencia. Para la Justicia sanjuanina, la asociación entre esos apellidos y sus acciones va un poco más allá, pues representa algo mucho más grave: muerte homicida, una marca que desde ayer suma 6 parientes tras las rejas. Las pruebas: el 9 de diciembre de 2021, Carlos Saúl Moreta (35) recibió 23 años de cárcel tras ser considerado partícipe de la balacera que acabó con la vida de su vecina en el barrio Nikisanga, María Florinda Valdez (66), el 15 de mayo de 2016. Antes, el 14 de mayo de 2019, su papá Carlos Martín Moreta (58) y un yerno del hombre, Mauricio Ezequiel "Bicho" Herrera (26), habían recibido 22 y 20 años, respectivamente, por el mismo crimen, que ocurrió cuando tiroteaban a unos rivales y una de las balas fue a dar a la cabeza de esa mujer, ajena al conflicto, cuando fue a cerrar la ventana de su casa.

Ayer, otros tres miembros de la familia sumaron sus nombres a la lista de los condenados por matar: la jefa de familia, Viviana Pereyra (52), sus hijos Leonella (32) y Martín Moreta (21) recibieron prisión perpetua, igual que sus cómplices, Lucas Herrera (27) y Elio Castellano (24) por un caso más aberrante: el homicidio del casero de una finca en Caucete, Juan Jorge Brizuela (67), en los primeros minutos del 27 de noviembre de 2020.

Elio Castellano,  condenado.

Los jueces Víctor Hugo Muñoz Carpino y Martín Heredia Zaldo (Sala I, Cámara Penal) condenaron ayer a todos los acusados a la pena máxima, porque consideraron probado que cometieron un homicidio triplemente agravado: por alevosía (matar a un indefenso), por el acuerdo premeditado de dos o más personas y criminis causa, agravante que se configura cuando se mata para ocultar o salir impune de otro delito, en este caso el robo del auto, la moto, un televisor, dos garrafas y otras cosas que cargaron en ese vehículo, para luego quemarlo.

Según fuentes judiciales, el voto en minoría lo tuvo el juez Miguel Dávila Saffe, quien sostuvo que todos los implicados cometieron un homicidio en ocasión de robo y aplicó altas penas para los cinco detenidos, aunque los montos no trascendieron.

El fallo del tribunal representó una adhesión parcial al pedido de la fiscal Silvina Gerarduzzi, quien se había apartado de la calificación inicial del delito, y sostuvo que los Moreta Pereyra y Herrera cometieron un homicidio triplemente agravado con una diferencia (entendió que hubo ensañamiento y no alevosía). Y consideró que Castellano debía recibir 15 años de castigo por su participación secundaria, ya que este joven empleado municipal había dicho que aquella vez sólo acordó ir a robar en la casa que le prestaban a Brizuela, pero no a matarlo. Incluso señaló a Moreta como autor del primer "palazo" que recibió Brizuela en la cabeza mientras su madre y su hermana intentaban entretenerlo. Y también dijo que a partir de ese golpe todos los demás se sumaron a la golpiza, que concluyó con Brizuela ensangrentado, atado de pies y manos y con una soga al cuello.

Tras escuchar el veredicto, el abogado de Castellano, Martín Torcivia, y el defensor de los demás imputados, Nicolás Gómez Camozzi, anticiparon que pedirán la revisión del fallo en la Corte de Justicia.