Diez años después que vivió su primer tormento, una hija decidió denunciar a su padre por abuso sexual. El caso se hizo público porque quien está en un calabozo y en la mira, es el empresario y exfuncionario del municipio de Caucete, Daniel Olivares (40).

Este hombre fue detenido en la noche del martes último cuando en uno de sus camiones había ido a cumplir con un flete. Casi dos días antes, su hija de 23 años, tras quebrarse en una clase en la Escuela de Policía, decidió denunciarlo y acudió hasta la Comisaría de la Mujer. De allí no se movió hasta saber que su padre estuviera tras las rejas.

Fuentes del caso contaron que "estaba aterrada", a pesar que se muestra como una mujer fuerte. No quiso irse a un hogar del Estado (se lo ofrecieron para evitar volver a su casa), tenía miedo. En la comisaría la contuvieron, la escucharon.
La relación entre Olivares y esta hija empezó torcida. Desde el entorno dijeron que recién a los 8 años la reconoció y el vínculo empezó a afianzarse. En la denuncia, la joven explicó que a los 13 años se iniciaron los manoseos. Que siempre la tuvo amenazada de que no cuente nada.

Pero los investigadores creen que hay más. De la casa de Olivares secuestraron al menos una computadora y el celular. Que en las memorias de esos aparatos pueden haber imágenes íntimas de la hija cuando era menor, de ella desnuda y de algunos de los abusos. Inclusive, filmaciones de encuentros sexuales que le obligaba a tener con otras personas que luego el propio Olivares extorsionaba.

Olivares formó al menos dos parejas con las que tuvo hijos. La última mujer, con la que tiene los hijos más chicos, tiene 26 años, apenas 3 años menos que su hija, la que la denunció.

¿Quién es Daniel Olivares?
Lo que sucedió con este sujeto sacudió Caucete. Es que a este hombre se lo conoce en los últimos años por su ascenso meteórico. Siempre se vinculó su actividad privada a la de cuadrillero (para cosecha en fincas de uva), pero la irrupción de Julián Gil (su compadre) al sillón municipal multiplicó su espectro laboral. En 2016 ocupó el cargo de secretario de Medio Ambiente. A la mujer de Olivares la ubicó en la administración de la Planta de Residuos, pero apenas duró un mes porque el Concejo Deliberante bochó una designación polémica, con un sueldo alto.

Primero Olivares empezó a alquilarle colectivos al municipio de Caucete (son los de color celeste que tienen la cara de Gil impresa en sus laterales). Luego amplió su flota de camiones y se los alquilaba al municipio. También adquirió máquinas retroexcavadoras que Gil contrataba para diferentes tareas. Y hay más.

Se puso un supermercado sobre calle Juan Jufre, en el corazón de la ciudad del Este producto de los buenos dividendos que le deja su vínculo con la comuna.     

Hasta tenía su stand en la Fiesta de la Uva y el Vino. Cada posibilidad de sumar unos pesos, ahí estaba Olivares, dijeron desde el entorno.