Un empleado de un juzgado penal del Poder Judicial provincial, se convirtió ayer en el tercer detenido por el histórico hallazgo de 29,695 kg. de marihuana, 2,937 kg. de cocaína y dos armas de guerra con 82 proyectiles que los policías de Drogas Ilegales le secuestraron a un delincuente en una casa del barrio Santa Teresita, Capital, que alquilaba para encontrarse con su amante, también apresada el día del operativo, el 15 de agosto pasado.
El sospechoso fue identificado por fuentes judiciales y policiales como Ariel Luna. Ayer al mediodía, personal de Gendarmería Nacional llegó a su lugar de trabajo en el Segundo Juzgado de Instrucción, y lo apresó por orden del juez federal Leopoldo Rago Gallo, precisaron las fuentes.
La detención de Luna ocurrió un día después de finalizar la extensa y polémica declaración indagatoria de Roberto Antonio "El Manteca" Agüero (35), un ex convicto con varias causas abiertas que se atribuyó la tenencia "sólo de paso" de la ilícita mercancía y remarcó que su amante, Vanesa Bueno (31) nada tenía que ver con el asunto.
Voceros judiciales dijeron que la detención de Luna tiene estrecha vinculación con la declaración de Agüero, pero ayer no trascendió qué pruebas lo complican y qué rol le atribuye el juez en la maniobra. Ni tampoco si su trabajo tiene o no alguna vinculación con el hecho, ya que ni en el Segundo de Instrucción ni en ningún juzgado penal provincial se investigan casos de drogas.
Los dichos de Agüero habían desatado un revuelo y bastante enojo en la policía, porque a lo largo de tres días de declaración dijo que la droga se la había dado un sujeto con un teléfono al que lo llamarían los compradores. Que por hacer esa operación él no cobraba ya que su único beneficio era que la policía no lo molestara en la calle por sus múltiples antecedentes. Y que ese beneficio en realidad lo conseguía quien le daba la droga, porque tenía "arreglos" con policías provinciales y federales. Y aunque una fuente judicial dijo que "El Manteca" prometió dar nombres y el lunes mencionó a un policía, otras fuentes del caso ayer dijeron que no identificó a ningún policía.
Además de la captura del empleado judicial, el juez habría ordenado también realizar al menos un allanamiento en un domicilio suyo en busca de evidencias.
En las próximas horas el nuevo sospechoso será indagado en el juzgado federal dirigido por Rago Gallo, y entonces conocerá cuáles son las pruebas y los indicios que llevaron al juez a ordenar su detención, y qué delito o delitos le atribuyen concretamente con relación al resonante caso.
Entonces sabrá si puede o no recuperar su libertad y tendrá la posibilidad de defenderse, aportando las pruebas que considere acreditan su presunta inocencia, un estado que recién perdería (igual que el resto de los sospechosos) si acaso lo condenan y esa sentencia queda firme.