Erika tenía 3 años y cuando ingresó a la guardia del hospital ya estaba muerta. La habían golpeado en la cabeza con un objeto contundente, y la fiscal Adriana Giannoni de Tucumán acusó a los abuelos por el homicidio.

Según indicaron fuentes cercanas a la causa a La Gaceta, el informe de los forenses determinó que la menor "presentaba fractura del cráneo, lesión que fue provocada por el golpe de un objeto contundente, y su cuerpo mostraba signos de castigos ya que se detectaron heridas y quemaduras de diferentes tipos".

El abuelo de la nena, un hombre de 43 años, fue quien llegó con ella en brazos al hospital Avellaneda y le dijo a los médicos que antes la había llevado a una curandera. Después de conocer la conclusión de los forenses, la fiscal ordenó su detención y la de su pareja acusados de matar a su nieta a golpes.

La dramática historia de Erika empezó hace dos años, cuando tanto ella como sus dos hermanas fueron internadas por orden de la Justicia en la Sala Cuna -un instituto que alberga a chicos abandonados -, debido a que su mamá tenía severos problemas de adicción y que vivía prácticamente en situación de calle.

A mediados del año pasado el mismo juez decidió darle la tenencia al abuelo de las nenas a partir de un informe técnico elaborado por la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (Dinayf) pero no tuvo en cuenta que el hombre había sido denunciado antes por violencia de género y que su pareja, de 39 años, tenía una causa por maltrato infantil contra una de sus hijas.

Así fue como las tres empezaron a vivir con sus abuelos en el asentamiento ubicado en Catamarca al 1.200 y, según los vecinos, eran maltratadas y obligadas a salir a la calle para pedir limosnas.

“Fui a comprar comida y me encontré con la escena policial. Hay vecinos que cuentan que la chiquita tenía poco pelo, porque los abuelos por cualquier cosa la mechoneaban. Toda la cuadra está indignada”, contó Carlos Faciano, uno de los vecinos, al mismo diario. A su vez, otra mujer cuestionó a las autoridades de la Sala Cuna, por no haber hecho un seguimiento de la nena. “Acá a los únicos que vi que hicieran algo por la gente del barrio son los pastores evangélicos”, aseguró.

Fuente: TN