Los profundos y enfermizos celos de su pareja hicieron que una joven agente de policía viviera un infierno en el último tramo de una relación obsesiva de dos años. A tal punto que el pasado lunes, luego de cenar y mantener una discusión, él le dio un cabezazo que la dejó inconsciente y hospitalizada.

El caso tomó estado público y los medios lo reflejaron en sus portales, pero este miércoles, por primera vez, esta nueva víctima de violencia de género, Eugenia Villalobo (28), decidió romper el silencio y contar los caóticos momentos que pasó junto a su pareja, quien también es policía.

“El pasado lunes estábamos en mi casa, en Rivadavia, donde vivo junto a mis dos hijos y a mi hermana. Cenamos junto a Cristian (el agresor, cuyo apellido es Saromé, tiene 36 años y es miembro de la sección GAM) y él después comenzó a revisarme el celular como lo hacía siempre. Se dio cuenta que nuevamente había descargado la aplicación de Facebook, se llenó de bronca y salió de la casa”, explicó Villalobo.

En ese momento, la víctima lo siguió y le pidió que se vaya de su casa porque sabía que las situaciones de este tipo siempre terminaban mal. Pero él se negó y le dijo que lo corría porque ella seguramente estaba esperando a alguien. La discusión continuó con el tono cada vez más elevado y, sin esperarlo, la joven agente del Cuerpo Especial de Vigilancia recibió un cabezazo que literalmente la noqueó.

Cristian Daniel Saromé, al policía acusado de haber agredido a la joven agente

Cayó al suelo y quedó inconsciente, mientras que Saromé se escapó. Los familiares de Villalobo la ayudaron y la llevaron hasta el interior de la vivienda. Luego llegó la Policía y una ambulancia la trasladó hasta el Hospital Rawson, donde le diagnosticaron que sufrió un traumatismo de cráneo por el fuerte golpe que le propinaron.

Posteriormente, Villalobo fue atendida por el médico legista y realizó la denuncia correspondiente en la Comisaría de la Mujer, pasando el caso desde Flagrancia al Segundo Juzgado de Instrucción. En esa misma denuncia, la victima expuso que no era la primera vez que vivía un hecho violento, ya que contó que el pasado sábado el hombre la llevó hasta una lejana huella en Zonda y allí la amenazó. Según manifestó, el cabo del Grupo de Apoyo Motorizado sacó su arma reglamentaria, se la puso en la boca y también le apuntó a ella, diciéndole que iba a matarse. Sin embargo, le prometió que no iba a hacerlo más aunque dos días después hubo un nuevo episodio.

“Tengo mucho miedo porque él ya lo ha hecho antes (a los hechos conflictivos) y siento que se va a vengar por haberlo denunciado, por eso necesito que se haga justicia y no quede impune este caso. Es un hombre demasiado violento y no solo conmigo, si no con todos”, sostuvo la denunciante, al mismo tiempo que reflexionó: “una persona así de violenta no puede portar un arma ni mucho menos cuidar a un ciudadano”.