La víctima, Juan Manuel "Tecla" Sain. Tenía 27 años.

Ayer se entregó el presunto asesino de Juan Manuel "Tecla" Sain (27), pero para su familia no hay nada que los consuele. "Que se haga justicia, pero igual ya nada nos lo va a devolver, el dolor es muy grande, nos destruyó a todos", dijo entre lágrimas Mariana Leiva, una tía de la víctima a quien la desgracia la golpeó fuerte porque "yo me sentía la madre de él, lo quería como un hijo, lo he criado".

Leonardo Benegas (24) sobre las 9 de ayer se presentó en Tribunales acompañado por su defensor Leonardo Villalba y de inmediato quedó detenido como único sospechoso por el crimen, ocurrido a última hora del sábado en la Villa San Francisco, en Rivadavia. "Se han criado juntos, era algo de no esperarse", agregó la tía. Eliana, una prima, explicó que "ellos eran amigos y hace un tiempo por una estupidez se pelearon. Fue un roce que no sabemos muy bien por qué fue. Y desde ese momento el tipo éste iba y lo provocaba. Nunca hubo pelea de bandas, eso es mentira. El que mató a mi primo vende drogas y es un enfermo que siempre le buscaba líos y que tiene armas". En la Policía dijeron que investigan el motivo por el que estaban peleados y no descartaban un problema por drogas.

El supuesto asesino, Leonardo Benegas, se entregó ayer.


Sain era metalúrgico y además hacía changas de albañilería. No tenía hijos, era el mayor de 3 hermanos y vivía con sus padres en la Villa San Francisco, a unos 150 metros del lugar donde recibió un balazo que se le coló por el costado izquierdo del abdomen. Fue cuando regresaba de comprar cigarros. Un sobrino suyo de 8 años iba al lado de él en bicicleta. Ese niño "tiritaba, quedó traumado, ayer estuvo todo el día muy nervioso, lo voy a tener que llevar al psicólogo", dijo su madre.

Según sus familiares, unos minutos antes de ese episodio Sain peleó con Benegas. "Le dio unas cachetadas después de que el otro una vez más fue a provocarlo", afirmó Eliana. Luego -dijeron- Benegas fue en su moto, buscó un arma y sorprendió a su rival cuando salía del kiosco, cerca del cruce de Tandil y Pedro Echagüe. El arma hasta ayer no había sido hallada. "Ha tenido todo calculado, hasta dejó la moto encendida y después se subió y se fue", aseguró la prima.

Dolor. Los familiares de Sain ayer no aguantaron las lágrimas al recordarlo. "No sabemos por qué fue pero quedó esa estupidez en el medio de que lo vivía provocando todo el tiempo", dijo su prima Mariana.

Sain fue trasladado hasta el Marcial Quiroga en el auto de un vecino. Unas siete horas después no aguantó más y perdió la vida.

"A ése yo lo voy a matar, lo voy a hacer yo, porque él era como un hijo", cerró Leiva, fuera de sí.