El blanco. En la Policía no descartan que los ladrones contaran con información previa de los movimientos del comerciante antes de atacar.

No importó el tamaño del televisor de 44 pulgadas. Tampoco el de las cajas con el gran acondicionador de aire de 5.000 frigorías aún sin desembalar. Los delincuentes no se midieron a la hora de cargar lo que pudieron cuando vieron la ocasión y no sólo se llevaron los grandes aparatos, también pudieron sumar al botín unos 40.000 pesos que escondía el dueño de casa.

Quien sufrió el embate de los delincuentes fue un comerciante identificado como Marcelo Concorda (42). Según fuentes policiales, el hombre denunció que el último domingo salió de su vivienda en el barrio Ate Api, Rivadavia, alrededor de las 11 de la mañana y que al volver, alrededor de las 16, descubrió que los delincuentes habían violentado una puerta del fondo para luego dedicarse a buscar lo que más les importaba.

En la Policía no descartan que los ladrones hubieran tenido información previa sobre los movimientos del comerciante a la hora de elegir su casa como blanco del ataque. También suponen que al haber perpetrado el golpe en pleno día, usaron con seguridad algún vehículo para poder trasladar el gran equipo de aire y el televisor.

Lo curioso para los investigadores es que hasta el momento no encontraron ningún vecino que les hubiera referido algún movimiento extraño ese día. De todos modos no descartan hallar algún testigo, incluso analizan las cámaras de seguridad más cercanas al lugar del hecho para poder detectar alguna pista que los lleve a esclarecer el caso.

El hecho es investigado por policías de la seccional 23ra y las brigadas de investigaciones Norte y de la Central de Policía.