POCO MARGEN. Si bien los bomberos llegaron pronto, las llamas se habían expandido con demasiada velocidad. Por eso el incendio fue tan destructivo.

La estrategia parecía perfecta. Para ir ganando tiempo y no pagar costos extra durante los trámites propios de una mudanza, un hombre llevó todos los muebles, ropa y hasta su rodado Motomel recién comprado a la casa de su padre, en la Villa Ross, de Chimbas. Ese sería el "depósito" de todos sus bienes hasta que resolviera su mudanza y se llevara todo de allí a su nuevo hogar. Pero los planes se desbarataron en cuestión de minutos. Una falla eléctrica generó un incendio que de un momento a otro se volvió incontrolable, y así el hombre se encontró con que todas sus pertenencias, todo lo que tenía, inclusive su moto a estrenar, quedaban totalmente incineradas.

Su padre, Alfredo (no quiso que trascendiera su apellido), fue quien escuchó una explosión en la caja eléctrica ayer en plena sobremesa. Se levantó, fue a ver y a los chispazos de inmediato le siguió el fuego. Alfredo salió a buscar ayuda y antes de que llegaran los bomberos al lugar, los propios vecinos ya estaban colaborando con acarrear la mayor cantidad posible de elementos hacia afuera, tratando de ganarle terreno al incendio que crecía con peligrosidad. Pero fue poco lo que pudieron hacer ante la velocidad de las llamas.

Además de destruir buena parte del inmueble (un departamento construido en el fondo de una vivienda sobre calle 11 de Septiembre), el fuego arrasó con la Renault Trafic del dueño de casa, 3 ruedas de camión totalmente nuevas, varias herramientas de auxilio mecánico a camiones (es propietario de una pequeña empresa de transportes) y todas las cosas que había dejado allí su hijo para iniciar la mudanza.

Los bomberos lograron evitar que el incendio consumiera también la casa de adelante. Y gente del municipio se acercó tras el siniestro para ofrecer ayuda a las víctimas.

Daños por $400.000

Ese es el monto de las pérdidas que estimó el dueño de casa que habían sufrido tanto él como su hijo a causa del fuego. Alfredo explicó que las herramientas que se quemaron eran muy costosas y que, por ejemplo, cada cubierta de camión incinerada costaba alrededor de $11.000. Ayer aún no sabía cómo iba a recuperarse.