Iban en moto a buscar los cascos a la casa de un amigo y uno se mató contra un árbol
En un boliche no los dejaban entrar con cascos. Se los dieron a otro muchacho y al salir iban a buscarlos cuando uno perdió el control y fue su fin ¿Iba ebrio?
En un boliche no los dejaban entrar con cascos. Se los dieron a otro muchacho y al salir iban a buscarlos cuando uno perdió el control y fue su fin ¿Iba ebrio?
El enésimo plan de salida para divertirse con un amigo, terminó siendo el último para Alex Hernán Rodríguez, de 23 años. Hubo diversión, a pesar de todo, porque pasaron parte de la noche en un boliche de calle Mendoza, casi Agustín Gómez (más conocida como Calle 5), en Rawson. Pero justo en ese local, empezaría a urdirse la trama de un trágico fin: Según fuentes judiciales, allí le dijeron a Alex y a su amigo Cristian Carrizo, que no podían ingresar con sus cascos. Y como el plan era pasar un rato en ese lugar, decidieron pedirle a otro amigo que les hiciera el favor de llevarse los cascos para poder entrar.
El problema surgió al salir, ayer en la madrugada. Sin cascos, ambos enfilaron en dos motos por calle Mendoza hacia el Sur, a buscar los cascos a la casa de ese amigo que vive en Pocito. En un momento, Carrizo sintió un estruendo y al voltear percibió el desastre. Su amigo, en el piso, al lado de la moto Keller 110cc. que guiaba, sin ninguna chance de supervivencia.
Todo pasó alrededor de las 4,50 de ayer sobre avenida Joaquín Uñac (más conocida como Mendoza) entre las calles 6 y 7. Los investigadores que dirigen el fiscal coordinador Adrián Riveros y el ayudante fiscal Mariano Carrera (UFI de Delitos Especiales), establecieron luego que Rodríguez se desvió hacia su derecha y, sin frenar, impactó contra un árbol y contra la base de una farola del alumbrado público.
El propio Carrizo habría dicho que habían consumido alcohol en el boliche y eso resultó cierto, al menos con él: un examen que le practicaron arrojó que tenía 1,8 gramos de alcohol por litro de sangre, precisaron fuentes de la investigación.
Por eso es que los investigadores creen que Rodríguez también circulaba en similares condiciones, es decir ebrio, y pudo quedarse dormido.
‘Unas cámaras de seguridad situadas como un kilómetro antes del lugar del siniestro, muestra que ambos pasaron relativamente despacio. Pero sin casco ni los sentidos al 100% y a unos 40 km, es un cóctel letal para cualquiera’, indicó un investigador.
La joven víctima que vivía en Marquesado, Rivadavia, se convirtió en la segunda víctima mortal de un accidente durante el fin de semana. El sábado, también en la madrugada, Cristian Rodríguez (37) murió al estrellarse en un Renault Sandero contra un árbol en el lateral de Circunvalación, en inmediaciones del barrio Kennedy, en Santa Lucía.
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