Despliegue. Más de cien personas había anoche en el lugar colaborando para apagar las llamas. Los camiones iban y volvían para buscar más agua. Las pérdidas son millonarias.


Más de 100 personas, entre experimentados y voluntarios. Cinco dotaciones de Bomberos, tres camiones municipales y al menos una máquina vial. Todos al cierre de esta edición aunaban esfuerzos para combatir un impresionante incendio en "Lomas del Sol", empresa dedicada al desecado y procesado de pasas de uva, cuyo predio de casi una hectárea está ubicado en el 5370 Norte de la calle La Laja, en la localidad albardonera de Las Lomitas.


"Si no pasamos toda la noche acá pega en el palo", dijo anoche el encargado de las dos dotaciones de los Bomberos Voluntarios de Albardón. Y su frase no parecía exagerada, porque las llamas estaban prácticamente incontrolables y porque el viento Zonda las propagaba y avivaba aún más.


Según fuentes policiales, el fuego destruyó unos 300.000 kilogramos de pasas de uva. La víctima, Francisco Paladini, estaba anoche en el lugar pero evitó brindar declaraciones. Sin embargo, fuentes del sector indicaron a este diario que el kilo de pasas, sin procesar, tiene un valor de al menos $70, por lo que las pérdidas son millonarias.


El incendio comenzó alrededor de las 17 en un descampado situado al Sur del predio. Bomberos controló ese foco pero, según la versión oficial, luego se reactivó y se extendió a la pasera.


En cuestión de minutos las llamas se propagaron por el sector del secadero y consumieron también gran cantidad de bins plásticos. El establecimiento cuenta con un gran galpón que anoche corría serios riesgos de ser alcanzado, pero los que estaban al frente del operativo confiaban en que iban a poder contener el fuego.


Además de los cuerpos de bomberos, eran varios los vecinos que se arrimaron y trataban de ayudar con baldazos. Llegaron también, la mayoría en motos y bicicletas, empleados de la empresa, para colaborar y ponerse al tanto de lo que pasaba. "¿Y ahora? ¿Nos quedamos sin trabajo?", preguntaba al aire una mujer, visiblemente preocupada. Ella y todos los otros que estaban en el callejón ubicado a un costado del predio se tuvieron que alejar porque el viento levantaba chispas y porque caían ramas de los árboles. Los riesgos eran latentes y, por eso, una ambulancia estaba apostada en el lugar, con personal médico preparado para enfrentar cualquier inconveniente.