Finalmente, la Sala Segunda de la Corte de Justicia de San Juan dicidió rechazar un recurso de casación pedido por la defensa de Esteban Pacheco, quien mató a su expareja Leila Rodríguez en Ullum, en 2018. Como consecuencia, el femicida de la mujer deberá cumplir la prisión perpetua a la que había sido condenado.

Según informaron desde el Poder Judicial, "el tribunal integrado por los ministros Guillermo De Sanctis, Marcelo Jorge Lima y Juan José Victoria, confirmó la sentencia a prisión perpetua contra Esteban Gabriel Pacheco por el femicidio de Leila Evangelina Rodríguez".

La defensa, ejercida por Milenko Carlos García Seminenga, había cuestionado el fallo y solicitado hacer uso del recurso de casación por la sentencia dictada el 5 de agosto de 2020 por la Sala Tercera de la Cámara Penal y Correccional, presidida por Eugenio Barbera.

En esa sentencia, el tribunal lo condenó a “sufrir la pena de prisión perpetua por considerarlo autor material del delito agravado por la condición de pareja de la víctima (artículo 80 inciso 1 del Código Penal)”.

Cabe recordar que el femicidio ocurrió en junio del 2018 en el departamento Ullum, en un descampado cerca del Lote Hogar 55.

Pacheco y Leila habían mantenido un largo noviazgo hasta que decidieron convivir, pero juntos bajo un mismo techo y con una hija en común, la relación no funcionó y tres meses después ella volvió con sus padres.

Desde entonces el vínculo se limitó a la nena, que en ese momento tenía 4 años. Pero los problemas entre ambos retomaron impulso cuando él dejó de pagar la cuota alimentaria y ella judicializó su reclamo.

Las cosas empeoraron a tal punto que el 26 de junio de 2018, mantuvieron conversaciones y un largo cruce de mensajes, al menos de parte de él (mandó 42, consta en el expediente) que se cortaron sobre las 22.20, cuando ella, que acababa de llegar de un cumpleaños, le avisó a su hermana que salía y volvía rápido.

Pero esa noche no volvió. Al otro día, alrededor de las 16, la encontraron muerta en una acequia tapada con ramas al costado de un callejón muy transitado, cerca de su casa en el Lote Hogar 55, en Ullum. Su cuerpo presentaba cuatro puntazos, uno de ellos resultó letal.

Una prueba de ADN sobre sangre que hallaron en su rostro y restos en sus uñas, demostró que era el perfil genético de Pacheco. Ella lo había rasguñado antes de morir.