Este viernes detuvieron a Mario Silva, un joven de 18 años. El paradero del joven era incierto porque el 29 de marzo había escapado de la clínica de rehabilitación en Buenos Aires, donde se alojaba por su consumo problemático de drogas.  “El Marito”, como lo conocen en el ámbito delictivo, se resistió a la captura, que se desenvolvió en el interior del barrio Hualilán, Rawson, con piñas y patadas.

Sin embargo, la trágica historia de joven con la adicción y la delincuencia, comenzó a sus 11 años. Con muy poca estatura y peso corporal, “El Marito” se dio a conocer en los medios locales y nacionales por haberle robado un arma reglamentaria y dinero a un policía que custodiaba una casa en el barrio La Quebrada, Rawson. El entonces niño usó la pistola para cambiarla por paco. Incluso, el diario Clarín abordó el caso y tituló con una frase que hiela la sangre y estremece: “El chico que sale a robar para ir a comprar paco”.   

Días anteriores a eso, DIARIO DE CUYO investigó sobre “El Marito”. El niño junto con un amigo habían sido llevados a la Comisaría 25ta. dos veces en cuatro días. Al tomar conocimiento de la situación de riesgo de Mario, la jueza María Julia Camus le dio intervención a la Dirección de la Niñez. La institución dijo en ese momento que ‘estamos esperando para analizar el grado de adicción del chico de 11 años para ver si debe ser internado para ver qué tipo de tratamiento debe realizar. Después de eso vamos a ver cuáles son las medidas que vamos a tomar, si debe quedarse con su madre o debe ser entregado a un familiar’.

No obstante, y pese a las acciones de la dirección, la grave situación por la que atravesaba Silva, no cesó. Fue incluido en el “Proyecto Juan” y dio claros indicios de mejoras considerables. La jueza Camus decidió sacarlo del entorno familiar. Otra nota de este medio así lo constata. Si bien todo se encaminaba a una nueva vida, alejado de las sustancias nocivas y escolarizado, algo sucedió para que escapara del centro de rehabilitación. Algo que, por el momento, nadie sabe.

Los antecedentes de “El Marito” son largos y los diferentes testimonios siempre aportan algo nuevo. Por ejemplo, un agente de la Comisaría 25ta. que estaba en funciones cuando Silva ingresó por el penoso camino del delito, comentó que “una vez se metió en el camping de oficiales y se llevó 11.000 pesos. Imaginá la cantidad de pasta base que se hubiera fumado”.

La familia de Mario Silva está compuesta por padres separados y varios hermanos de ambas partes. Los problemas entre sus progenitores fueron señalados por algunas fuentes como la razón de los conflictos del menor. Noelia (hermana) dialogó con este medio cuando “El Marito” se fugo de la Casa del Sur –instalaciones de la clínica- ubicada en Monte Grande (Buenos Aires). Ella no dio precisiones sobre la salud y las razones que motivaron a su hermano a escapar. “Estoy muy desesperada ya no sé qué hacer” fueron las palabras con las que cerró la conversación. Luego Silva apareció haciendo disturbios en la vía pública y golpeandose con los policías que lo detuvieron. Lo que sucederá en el transcurso de los días es incierto.