En las últimas horas hubo una buena y una mala para el conductor acusado de causar la triple tragedia de Pinamar que destruyó a una familia sanjuanina.

El punto a favor para Diego Zaupa (39) fue que el Juzgado de Garantías Nro. 6, con asiento en Villa Gesell y al mando del juez David Mancinelli, esta semana le concedió la excarcelación, confirmaron fuentes judiciales. El conductor de la Ranger sin embargo aún no pudo regresar a su domicilio, pues hasta ayer todavía se encontraba internado en el Hospital de Pinamar por las lesiones que sufrió en el siniestro.

Zaupa (trabaja como jardinero) es quien iba conduciendo la Ford Ranger que impactó de frente contra el Toyota Corolla, cuyos tres ocupantes fallecieron prácticamente en el acto. Cuando declaró ante el fiscal Juan Pablo Calderón, de la UFID Nro. 4, se había defendido diciendo que él nunca se cruzó de carril y que fue el otro vehículo el que se le fue encima. Sin embargo, ahora recibió un duro revés: según el informe preliminar accidentológico, la maniobra prohibida fue suya, dijeron fuentes vinculadas al caso. Esa estimación se desprendió del trabajo que realizaron los peritos en la escena del desastre: fueron claves las marcas que los vehículos dejaron en el asfalto.

El delito que le imputaron al acusado es homicidio culposo agravado por el número de víctimas. Esa calificación puede cambiar con el resultado de la pericia toxicológica, que revelará si al momento del siniestro conducía ebrio o bajo los efectos de alguna sustancia. Ese informe se espera que esté listo recién para mediados de febrero. Una fuente judicial dijo a este diario que "por el momento no hay ninguna presunción que lleve a pensar que conducía alcoholizado".

El siniestro ocurrió pasadas las 22 del último 19 de enero, a la altura del kilómetro 386 de la ruta 11, en el tramo que une a Pinamar con Mar de Ajó. Zaupa había ido a pescar con amigos a una zona pinamarense llamada La Deriva y a esa hora regresaba en la Ranger junto a Juan Ayciriex y Alfredo San Millán.

En el choque murieron Alberto Camino (81), Daniel Camino (63) y Nicolás Miranda (32). Daniel vivía en Rawson y trabajaba en el reparto de bebidas y mercadería de una distribuidora. Alberto era su padre, quien hacía unos tres meses se había venido a vivir con él tras la muerte de su mujer, con quien antes residía en la localidad bonaerense de San Bernardo. Nicolás estaba casado con una hija de Daniel y vivía con ella y sus dos hijos (4 y 2 años) también en Rawson. Pretendían ir a Mar de Ajó, donde Nicolás se iba a comprar un auto. Y Alberto tenía pensado tramitar la pensión de su expareja.