A prisión. Alejandro Exequiel ‘Gary’ Sánchez (29) seguirá preso. Aceptó que mató a su amigo y el juez Maximiliano Blejman lo condenó a 10 años de cárcel.

La idea era esperar, alcohol mediante, la llegada del mediodía para hacer un asado. Eran cinco amigos que gambeteaban los fuertes rayos del sol veraniego bajo un algarrobo en el ingreso de un humilde rancho en Villa Las Talas, Caucete. Era el 4 de diciembre de 2015, el día marcado para que Juan Ramón Reinoso (tenía 25 años, le decían ‘Chupe’) fuera asesinado de un tiro en la cabeza por su propio amigo, Alejandro Exequiel ‘Gary’ Sánchez (29). Aquella vez, entre tragos, Sánchez sacó de una riñonera un revólver cromado y de un papel una única bala que encajó en el tambor. Propuso jugar a la ruleta rusa, pero ninguno quiso. Presumió entonces de sabio en el manejo de armas, pero su amigo le advirtió: ‘A las armas las carga el diablo y los tontos las usan’. Fue su sentencia de muerte, porque instantes después Sánchez le apuntó y descerrajó un disparo que se le coló por la sien izquierda a Reinoso. Y lo mató.


‘No! Qué hice, me la mandé!’, dijo Sánchez envuelto en nervios. Tiró el revólver al piso, luego lo levantó y tomó por la fuerza la moto de uno de sus amigos, al que obligó a llevarlo. Un día después cayó preso, pero no se mostró arrepentido. Ante un juez, dijo que el arma era de uno de sus amigos, que él la tomó sin saber que estaba cargada y disparó sin querer. Sus dichos no surtieron efecto, porque todos los presentes lo complicaron.


Y por eso firmó un juicio abreviado a través de su defensor Jorge Raúl Crifó y el fiscal José Eduardo Mallea, por homicidio agravado por el uso de un arma y aceptó 10 años y 8 meses de cárcel. Pero ayer el juez Maximiliano Blejman (Sala III, Cámara Penal) lo condenó a 10 años por homicidio simple, pues consideró que no se dieron los requisitos para aplicar el agravante por el uso de un arma de fuego, dijeron fuentes judiciales.