Se llamaba Darío Hugo Sombra y le decían "Chato". Tenía 41 años, 3 hijos (19, 14 y 9 años), era angaquero y tuvo una trágica muerte, porque no sobrevivió al fuerte impacto que se dio en su moto contra un árbol, en Albardón.

Ocurrió poco antes de las 21 del último domingo, cuando la víctima transitaba en una Yamaha 125cc tipo enduro. Había estado jugando al fútbol con su equipo, el Sportivo Huarpe de Angaco, y a esa hora regresaba a su casa en la Villa El Salvador, en inmediaciones de 9 de Julio y Segovia, donde vivía con su familia. Sin embargo nunca llegó, porque cuando circulaba por la calle España en dirección al Este, unos metros después de Lozano, en Las Lomitas, perdió el control del rodado, se salió de la calzada y terminó ese desenfrenado rumbo contra un eucalipto.

Sin escapatoria. El frente de la Yamaha 125cc quedó muy dañado y Darío Hugo Sombra no tuvo ninguna chance de salir con vida.

Sombra llevaba el casco puesto pero ni eso pudo salvarlo. El impacto fue violento y murió prácticamente en el acto, explicaron fuentes policiales."Estamos totalmente destruidos. Era un hombre excelente, muy trabajador. Así lloviera o hubiera sol, él iba a trabajar", dijo con mucho pesar Andrés Tejada, primo de la víctima. El fallecido trabajaba como electricista en una empresa y amaba jugar al fútbol.

Las pruebas recolectadas por Criminalística más el informe de la autopsia ayudarán a determinar qué provocó el accidente, es decir, si se trató de una falla humana o si por el contrario la tragedia fue causada por un problema mecánico. Si se comprueba que el fallecido se accidentó solo, la causa va camino al archivo.