El equipo de Fiscalía y policías de Homicidios analizan los datos recabados por ahora en la investigación.

Pensó que era el viento, pero con la primera lucidez comprendió que esos ruidos dentro de su casa tenían otro origen. Se levantó a oscuras y avanzó hasta el comedor para averiguar. Fue ahí que notó la sombra de una persona que fue a su encuentro y otra persona más, pero afuera de su casa. Entonces no dudó: tomó el gran cuchillo con el que suele cortar los jamones que él mismo hace y ante la primera embestida del desconocido, lanzó un puntazo. Supo que le asestó cuando escuchó un ahogado quejido y vio que el sujeto huía del interior de la vivienda por el mismo lugar que había entrado, la ventana, que estaba rota y explicaba los ruidos que lo habían despertado.

Después tuvo miedo, porque escuchó un disparo que efectuó el sujeto que estaba afuera, aparentemente hacia el aire, dijeron fuentes de la investigación. Subió a su auto como estaba, descalzo, en calzoncillos y remera, puso sobre el asiento del acompañante el cuchillo con el que había herido al delincuente y partió. Tan alterado estaba que, cuando llegó a la seccional 15ta de Ullum, dejó el auto en marcha y con las luces encendidas. Y pasó a relatar lo que le había pasado.

Rastrillaje. Peritos de Criminalística recolectaron evidencia en la finca donde ocurrió el homicidio.

Cuando los policías fueron a esa finca en las afueras de Ullum (a un costado de la calle Aviadores Españoles), constataron que el desconocido no había podido recorrer más de 15 metros fuera de la vivienda de Carlos Ginestar (73), porque había sufrido una certera herida en la arteria femoral de su pierna derecha y se desangró. Enseguida avisaron a la UFI de Delitos Especiales coordinada por el fiscal Adrián Riveros, que en el acto partió hacia la escena del crimen con los ayudantes fiscales Sebastián Gómez, Emiliano Pugliese y Leonardo Arancibia, además del comisario mayor Ángel González y policías de Homicidios.

En el lugar, se toparon con el sujeto muerto y evidencia concreta que reforzaba la sospecha de que había ido a robar: en su mochila tenía un revólver calibre 22 con 3 cartuchos, 4 precintos y vestía como para no ser reconocido, pues tenía puesto un pasamontañas que sólo dejaba ver sus ojos, dijeron fuentes de la investigación.

Ya con la luz del día, comprobaron lo que Ginestar les había contado, porque descubrieron la ventana rota y manchas de sangre dentro y fuera de la casa, entre otras evidencias.

Ginestar quedó detenido, pero todo indica que será desligado al amparo de la ley penal, pues prevé que cuando alguien mata a otra persona no será castigado si actúa con una causa de justificación, que en este caso fue el asalto de la vivienda de Ginestar, de noche, lo que se considera un caso de legítima defensa privilegiada, indicaron fuentes judiciales.

"Esto duele y molesta, porque no es la primera vez que roban. Mi papá se defendió con un cuchillo porque una vez lo habían amordazado y siempre le robaban animales. Y no es el único al que le roban por acá, pero lo grave es que, al menos en mi caso, me cansé de llamar a la comisaría y nunca llega el patrullero. Nunca hacen nada, nunca encuentran nada (de lo robado) y nunca hay responsables, los ladrones tienen más ventajas legales que los que nos cag... trabajando", dijo una hija del finquero involucrado.

Del sospechoso asesinado no se pudo conocer su identidad, pues ningún familiar se acercó a identificarlo en la morgue judicial. Buscarán saber quién es a través de un cotejo de huellas dactilares, precisaron.