Dos veces afirmó que los hechos habían ocurrido como los denunció. Y otras dos veces, la última asistida por un abogado, llegó hasta Tribunales para retractarse y desmentir que hubiera sido víctima de un violento ataque sexual (manoseos y la introducción de dedos) cometido por un vecino de Vallecito, en Caucete, la noche del 1 de mayo de 2020. Además de esta seguidilla de contradicciones, la fiscal Marcela Torres detectó "falta de pruebas" para sostener la imputación contra ese vecino, más allá de los polémicas versiones de la denunciante quien, al llegar el caso a juicio, desapareció de la provincia y no fue posible localizarla. Por eso la fiscal entendió que cabía pedir el sobreseimiento de ese joven que pasó 2 años detenido, pues consideró que el delito que le atribuían "no existió". Y el juez que debía realizar el debate en la Sala I de la Cámara Penal, Miguel Dávila Saffe, consideró que le asistía razón a Fiscalía y desligó a Roberto Raúl Vargas (30) con un sobreseimiento.

"Esta Defensa confiaba en que esa debía ser la salida (el sobreseimiento), por las numerosas inconsistencias que había en la causa", dijo ayer el defensor de Vargas, Julián Gil.

Julián Gil, abogado defensor.

"PASADO TRAUMÁTICO"

La mujer que denunció a Vargas es oriunda de Neuquén (tiene 52 años) y se había venido a vivir a Caucete con su hijo adolescente, luego de conocer a un comerciante de ese departamento por Facebook.

La noche del 1 de mayo de 2020, la mujer, su hijo, su pareja y la madre de ese hombre con el que llevaba 7 meses de convivencia, se aprestaban a comer un asado por el día del trabajador.

Y entonces ocurrió el episodio de la polémica. Según la denunciante, esa noche Vargas apareció borracho y le pidió un cigarro a su pareja, "a los insultos, de mala manera". Se fue cuando le dijeron que llamarían a la policía, pero enseguida volvió con un hermano, que se lo llevó tras una nueva confrontación.

En ese ínterin, la suegra de la mujer se descompuso y mientras era asistida por su pareja y su hijo, ella se quedó a ver el asado y Vargas apareció otra vez, pero ahora con un cuchillo tipo serrucho, que le apoyó en el abdomen y la arrinconó contra una pared en el oscuro para manosearla, meterle los dedos en sus genitales y darle un beso en la boca, antes de que marcharse luego de que ella lo empujara.

Contó lo que le pasó a su pareja y pusieron la denuncia. Vargas fue detenido el 2 de mayo de 2020 y para la misma fecha de 2022, quedó en libertad por el vencimiento de los plazos de prisión preventiva sin tener una sentencia.

Para entonces, un psicólogo había informado que la denunciante presentaba toda una historia de vida ligada a episodios violentos. El informe médico sólo dio cuenta de una "dermatitis vaginal de antigua data", pero no informó de lesiones genitales. No se había secuestrado el supuesto cuchillo con el que la amenazaron. Y encima la denunciante se contradijo dos veces.

Vargas llegó libre al juicio, pero entonces Fiscalía consideró que debía ser desligado con un sobreseimiento, por la falta de pruebas y otras anomalías que la llevaron a cuestionar a quienes investigaron el caso.

Y el juez entendió que, al desistir Fiscalía de la acusación contra Vargas, no quedaba más que cerrar el caso y desligar al sospechoso, para siempre.