Que Kevin Joel Agüero (33) es padre de familia, con 8 años de carrera en la Policía "impecable", sin sanciones, que no arriesgaría el trabajo con el que sostiene a los suyos ni su carrera de enfermero ni "arruinaría su vida" a cambio de un asado. Que es una "persona de bien" y sólo quiso ayudar al otro agente, sin saber el daño que se causaría a sí mismo por un problema que no era suyo. Que "cada comisaría es una familia y se protegen entre ellos", sentando así la teoría de un supuesto complot para favorecer al otro policía (Agüero tenía destino en otra seccional), que debía relevar a su cliente en el cuidado de un preso con detención domiciliaria al que dejaron salir hasta la casa de su novia. Que Fiscalía sólo se concentró en culpar a Agüero y no contempló que el otro agente, Fernando Neira, también pudo ser responsable porque esa vez tardó demasiado en dar la novedad a su superior, un oficial, y ese oficial tampoco le avisó de inmediato a su jefe. Cuando el abogado defensor Roberto Olivera concluyó su alegato pidiéndole al juez de Garantías, Javier Figuerola, que lo absuelva (o en todo caso califique el hecho como una facilitación culposa de evasión), el agente Agüero no pudo contener las lágrimas.

A pesar de la teoría y los argumentos del defensor, para el fiscal Francisco Pizarro y sus colaboradores, Ignacio Domínguez y Facundo Romero (UFI de Delitos Especiales), el juicio no hizo más que confirmar la sospecha inicial de que Agüero dejó salir a Rosellot un rato antes de que su guardia finalizara a las 22 del 10 de octubre de 2022. Que lo hizo aprovechándose de la inexperiencia de Neira (entró a la Policía en julio de ese año), a cambio de un asado. Y que no tenía lógica tanta preocupación de Agüero aquella noche, rogándole a Neira que no diera la novedad a sus superiores, comprometiéndose a llevar al preso Jorge Rosellot de vuelta a su casa en la Villa Carmona, Chimbas, cosa que hizo en persona minutos antes de las 7 de la mañana del otro día, 11 de octubre, cuando lo llevó en su auto.

Rosellot había sido condenado por daño agravado y lesiones agravadas por el vínculo, pero le dieron prisión domiciliaria por problemas de salud. Según Fiscalía, la pericia telefónica, con el geoposicionamiento de su teléfono, reveló que no estuvo en su casa aquella noche. Y que mintió (pidieron investigarlo por falso testimonio) cuando dijo que se fue de su casa a las 22,30 (durante la guardia de Neira), porque en el estado en que dijo estar (drogado y ebrio) no hubiera avanzado tantos kilómetros durante el tiempo que dijo haber consumido para llegar a pie hasta la casa de su novia en Marquesado, Rivadavia.

Los testimonios de otros policías y hasta el de la madre de Rosellot fueron otras pruebas que invocaron en Fiscalía para pedir que Agüero sea condenado a 1 año de prisión en suspenso (sin encierro efectivo) y 4 años de "inhabilitación absoluta" para ejercer cargos públicos.

El problema judicial que enfrenta Agüero puede acarrearle graves problemas laborales. Según fuentes judiciales, actualmente está suspendido (Neira sigue en su trabajo) y si acaso el juez comparte los argumentos de Fiscalía y lo condena, quedará más complicado. Sucede que en la Policía, que un efectivo cometa un delito culposo (sin tener esa intención) como un accidente de tránsito, puede acarrearle un sumario y sanciones, pero es posible que conserve su trabajo. En cambio cuando se lo condena por querer cometer un delito, su destino final puede ser la expulsión de la Fuerza.

En el juicio, Fiscalía sostuvo que Agüero favoreció a propósito la evasión de Rosellot y que, además, no cumplió sus deberes de funcionario público. A nivel laboral, un fallo en contra pondría al imputado más cerca de dejar de ser policía, a pesar de que no sería definitivo, pues su Defensa aún tendría la posibilidad de impugnarlo y pedir que un tribunal superior lo revise.